BARCELONA 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La juez de guardia de Arenys de Mar (Barcelona) decretó el sábado el ingreso en prisión provisional sin fianza para 19 de los 20 detenidos la semana pasada en la provincia de Barcelona en una operación contra una banda especializada en robos en autopistas. El otro detenido es un joven de 17 años que pasó a disposición de la Fiscalía de Menores.
El dispositivo permitió arrestar de forma simultánea a siete personas más en Alicante y a una en Murcia. Los 28 detenidos, entre los que hay 23 hombres y 5 mujeres, paraban los vehículos conducidos por extranjeros y se hacían pasar por policías para robarles todo el dinero que tenían. La Guardia Civil les considera responsables de al menos 70 robos en autopistas de la costa mediterránea.
La mayoría de los detenidos en Catalunya, de origen paquistaní e iraní, fueron arrestados en el cámping de Calella (Barcelona) en el que se alojaban junto a sus familias, a las que implicaban en los robos, hasta el punto de que a veces sus hijos se asomaban por las ventanas de los supuestos coches patrulla.
Los detenidos en Barcelona pasaron el pasado sábado a disposición del juzgado de guardia de Arenys de Mar, que decretó su ingreso en prisión por los delitos de robo con fuerza, asociación ilícita, hurto, robo con violencia, usurpación de funciones públicas --porque se hacían pasar por policías-- y delitos relativos a la seguridad del tráfico.
La operación, denominada 'Falaz', se activó a principios de enero, cuando la Guardia Civil detectó a una banda que se dedicaba a robar a turistas extranjeros. Inicialmente, la organización tuvo su base en la Comunidad Valenciana, pero el refuerzo policial por la celebración de la Copa América les obligó a desplazarse a Catalunya.
Los detenidos se vestían con trajes o chalecos con insignias policiales y placas identificativas falsas, y usaban vehículos con sirenas policiales para interceptar a extranjeros en carreteras, áreas de servicio y puntos de afluencia turística. Cuando los turistas se detenían, les aseguraban que estaban realizando una operación antidroga y se apropiaban del dinero y los objetos de valor que llevaban.
Tras los robos de cada jornada, los delincuentes se reunían en el cámping de Calella donde se repartían el botín. Escondían las piezas robadas en bolsas con doble fondo o bajo los sacos de dormir de sus tiendas de campaña. Parte del dinero robado lo enviaban a sus países de origen.
Durante la operación, en la que participaron 150 agentes y un helicóptero, se intervinieron 44.500 euros, 4.500 dólares y gran cantidad de billetes de otros países, 26 vehículos, gran cantidad de joyas, relojes de marcas prestigiosas, cámaras fotográficas y de vídeo y ordenadores portátiles, vestimenta de apariencia policial y placas simuladas de policía.
Según la Guardia Civil, la banda podría poseer armas, aunque no se han encontrado en los registros policiales. Los detenidos tenían relación con otras bandas que actuaban con métodos similares en Francia, Turquía o China. La mayoría de detenidos tienen antecedentes penales y algunos ya fueron detenidos en 2004 en Madrid por robos en carreteras.