Prosigue sin incidentes el derribo de las chabolas ilegales del poblado gitano de O Vao, en Poio (Pontevedra)

Actualizado: sábado, 24 noviembre 2007 16:45


PONTEVEDRA, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

El derribo de chabolas en el poblado gitano de O Vao, en Poio (Pontevedra), se reanudó hoy sin incidentes y bajo la vigilancia de la Guardia Civil y la Policía Local de esta localidad. De las tres viviendas pendientes de demolición, una de ellas fue reducida a escombros a primera hora, mientras que la segunda requiere mayor esfuerzo por parte de los operarios, debido a que tiene adosados otros dos habitáculos que no están afectados.

En esta situación se encuentra una tercera chabola que fue precintada por los agentes y cuyo derribo se ejecutará la próxima semana, ante la necesidad de elaborar un proyecto de derribo, de manera que no resulten perjudicadas otras viviendas anexas sobre las que no pesa la sentencia de demolición.

En este cometido participan una media docena de operarios, que utilizaron mazas para tirar paredes y vigas, con el apoyo de una pala para efectuar el trabajo pesado. El responsable de la empresa de demolición contratada señaló que entre el lunes y el martes esperan retirar todos los escombros para que la zona quede limpia.

Los agentes de la Policía Local de Poio y de la Guardia Civil siguieron desde cerca los trabajos y destacaron la ausencia de incidentes durante la segunda jornada de derribos, pese a los momentos de tensión del día anterior. No obstante, el supervisor de las obras indicó que de forma puntual recibía amenazas.

RESIGNACIÓN

Mientras se desarrollaban las labores de derribo, varias familias rodearon las infraviviendas y se quejaron del trato "racista" que estaban recibiendo como consecuencia de la destrucción de sus chabolas. También comentaron la "tristeza" que habían sentido a primera hora cuando al salir de sus casas echaron en falta la presencia de las chabolas que habían sido derribadas.

No obstante, otros habitantes del poblado reconocían con resignación que "las chabolas eran ilegales y no había más que hacerle, pese a que los terrenos eran de las familias gitanas". Asimismo, las familias de la zona explicaron las dificultades que habían sufrido para retirar sus enseres y pertenencias de las casas, que, en algunos casos, fueron resguardados bajo lonas de plástico.