MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, Rafael Estrella, negó hoy que las manifestaciones convocadas esta tarde en varias ciudades españolas tengan un componente antiisraelí, tal y como apuntó el PP y el embajador israelí en España, sino que son para pedir "el cese de la violencia de todos", incluyendo por lo tanto a Israel y a la milicia chií libanesa de Hezbolá.
"Las manifestaciones son para pedir el cese de la violencia, algo que al PP no le preocupa, es decir las víctimas inocentes en el Líbano y las víctimas inocentes en Israel. Se pide que cese la violencia por parte de Hezbolá y por parte de Israel, así como el uso desproporcionado de la fuerza y que se respete la soberanía del Líbano", indicó en declaraciones a Europa Press.
Por ello, dejó claro que las concentraciones no son "a favor o en contra de una parte u otra, sino a favor de los civiles, de las víctimas" de este conflicto.
"Queremos que se detenga el conflicto, que se negocie un alto el fuego, que cese la violencia, que Naciones Unidas y la comunidad internacional asuman responsabilidades y que evitemos la pérdida de vidas humanas. Al PP le preocupa más si el presidente del Gobierno se pone una txapela o le ponen un pañuelo al cuello que las víctimas inocentes del conflicto", dijo Estrella.
En este sentido, opinó que al principal partido de la oposición se está preocupando "mucho de calificar con cualquier etiqueta que se inventan la posición del Gobierno" y que, a su juicio, "está siendo absolutamente equilibrada".
"El PP no se preocupa ni le interesa el que estemos ante un conflicto que está causando centenares de víctimas inocentes. Zapatero está diciendo que tiene que cesar la violencia, que tiene que cesar el enfrentamiento y que hay que evitar la pérdida de vidas inocentes. Es exactamente lo que ha dicho la Unión Europea", subrayó.
Asimismo, hizo hincapié en que "no hay la menor contradicción" en el seno del Gobierno, que se siente "absolutamente cómodo" con la posición adoptada por la UE el pasado lunes en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores.