Revilla ya percibió en las miradas de los presidentes del PP que utilizarían el lapsus de Zapatero

Actualizado: jueves, 18 enero 2007 23:45


MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, trató hoy de arrojar un poco más de luz sobre la grabación ilegal de la intervención inicial del jefe del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la Conferencia de Presidentes, que se desarrolló a puerta cerrada. Según relató, se dió cuenta de que el 'lapsus linguae' iba a ser utilizado viendo "las miradas que se cruzaron los del PP como diciendo 'aquí hay carne'". Sobre quién contó el error, Revilla lo tiene claro: "blanco, en botella y, en este caso, vino" de Rioja, en alusión a Pedro Sanz.

Tras una entrevista con el presidente del Gobierno, Revilla compareció en rueda de prensa para dar cuenta de lo tratado con Rodríguez Zapatero. Con su habitual tono franco, el jefe del Ejecutivo cántabro comentó que durante la reunión salió a colación el asunto de la grabación ilegal de la Conferencia de Presidentes y se extendió, dando todo lujo de detalles, sobre lo acontecido aquel 11 de enero en el Senado.

"No sé quién grabó la conversación, pero sí sé quién la contó, quién salió a contarlo", desveló Revilla. Según explicó, cuando Zapatero terminó su intervención inicial, sólo habían pasado 15 minutos de reunión, por lo que "los problemas de baño" no podían haberse producido todavía. Sin embargo, el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, abandonó la sala y "tardó en volver 20 minutos".

Pasada una hora, él mismo tuvo que salir del salón por sus "problemas de riñón" y los periodistas ya sabían de las palabras de Zapatero, porque le preguntaron por ellas. "Si nadie había salido de allí más que el de La Rioja ¿quién lo contó? Blanco, en botella y lo dan las vacas, en este caso vino, porque es de La Rioja", ironizó, comentando que vio claro que el 'lapsus linguae' se iba a utilizar cuando vio que los presidentes del PP "cruzaron miradas como diciendo 'aquí hay carne'".

En referencia a los móviles, explicó también con su habitual humor que su "cacharro" no graba, pero que encima de la mesa había "aparatos" que "no los hay ni en las tiendas". En cualquier caso, estimó "lamentable" que alguien grabe una reunión privada, "no sé si para dimitir" como pidió el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, "pero sí para no fiarse de él jamás".

EL ESTILO REVILLA

El 'estilo Revilla' es ya un clásico, sobre todo en las reuniones que mantiene en La Moncloa con Zapatero, a las que acude en taxi, lo que alguna vez ha causado sorpresa y ciertos problemas con los encargados de seguridad del Palacio presidencial. No fue distinto hoy, ante regocijo de los fotógrafos presentes, que vieron como el taxi paraba frente a la escalinata y de él descendía el presidente cántabro.

Pero el climax llegó cuando el taxista descendió del vehículo, contradiciendo las órdenes expresas de los responsables de protocolo, para abrir el maletero y entregarle a Revilla la bolsa de anchoas que llevaba para el presidente del Gobierno. Ya que estaba cerca, el dirigente cántabro se lo presentó a Zapatero, quien no dudó en estecharle la mano e intercambiar unas frases con él, mientras Revilla comentaba "se llama Mariano".

Antes de la foto de ambos dirigentes en lo alto de la escalinata dándose la mano, Revilla se acercó a las dos banderas que flanqueaban la puerta de La Moncloa -la española y la cántabra- y las besó.