Rojo espera que tras visitar el Senado los ciudadanos crean que se construye "un país cada día mejor que el anterior"

Actualizado: martes, 2 diciembre 2008 11:21

MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Senado, Javier Rojo, presidió esta mañana la apertura de las puertas del Senado a los ciudadanos en la undécima edición de estas jornadas que permitirán a miles de personas visitar la Cámara Alta y esperó que, tras conocer la institución, se lleven la convicción de que se está construyendo "un país que, a pesar de las dificultades, cada día es mejor que el día anterior".

Rojo encabezó el grupo de miembros de la Mesa del Senado y de parlamentarios que esperaron a los primeros visitantes en la Puerta del Rey, que a las 10 en punto se abrió a la Plaza de la Marina Española. Como ya empieza a ser costumbre, el primero de la fila volvió a ser Joaquín, a quien Javier Rojo saludó de hecho por su nombre y que hoy no recordaba si son siete u ocho los años que lleva inaugurando estas jornadas del Senado. De lo que está seguro es de que el sábado cumplirá diez años haciendo lo mismo en el Congreso.

Para ser el primero, Joaquín aseguró que había llegado al Senado hoy pasadas las cinco de la madrugada. Unas cinco horas después, la cola descendía casi hasta la calle de Bailén, formada sobre todo por personas mayores. A las diez, tras la apertura de puertas y varios cafés para combatir el frío, les esperaban para darles la bienvenida el presidente de la Cámara junto al vicepresidente primero, Isidre Molas, el vicepresidente Segundo, Juan José Lucas, la secretaria primera, Carmen Alborch, y los secretarios terceros y cuarto, Matías Conde y Ramón Rabanera, respectivamente.

Rojo subrayó ante los medios de comunicación que los 30 años que cumple la Constitución deben servir "para recobrar fuerzas y que dentro de otros 30 años vuelvan a decir quienes estén aquí que mereció la pena, y para seguir trabajando para hacer un gran país como el que estamos construyendo entre todos y hacer posible que la convivencia sea el factor determinante que nos mueva".

¿Qué le gustaría que recordasen quienes desde hoy y hasta el jueves visiten la institución?, se le preguntó al presidente. "Que entendiesen que aquí reside la soberanía, donde están los ciudadanos que ellos han elegido y que estamos construyendo un país que a pesar de las dificultades cada día es mejor que el día anterior", respondió.

La novedad de esta nueva edición de las Jornadas de Puertas Abiertas es que el Senado alberga una exposición organizada por el Parlamento Vasco sobre las víctimas del terrorismo. El objetivo, expuso Javier Rojo, es que el visitante asuma que el terrorismo "nunca debió pasar pero pasó", que se conmueva ante las víctimas y reconozca su "dignidad" y "el respeto que merecen hombres y mujeres que no eligieron no estar entre nosotros sino que les quitaron la vida solamente por pensar de manera distinta o por pasar por un lugar donde pusieron una bomba".

"El terrorismo es parte de la realidad de España, esto es lo que hay, pero lo más importante es que los ciudadanos entiendan que la unidad de los demócratas es lo que hará que nunca más este tipo de exposiciones sean de actualidad, sino del recuerdo".

VISITA Y RECUERDOS

La visita comienza con la entrada al Palacio por la "Puerta del Rey". Desde allí se inicia un recorrido que incluye, entre otras dependencias, el Antiguo Salón de Sesiones, los "Despachos de honor" de la Presidencia, el Salón de Pasos Perdidos, la Sala de Tapices y la Biblioteca.

En el edificio de ampliación, se puede visitar el hemiciclo, lugar de celebración de las sesiones plenarias, y la Sala Internacional, en la que se proyecta el audiovisual "El Senado hoy", con imágenes sobre su funcionamiento y de algunos de los actos más relevantes celebrados en la Cámara. Los visitantes abandonan el edificio por la puerta de la calle Bailén, donde se les dará un obsequio y podrán también comprar un recuerdo.

Entre los objetos a la venta, desde los bolígrafos a un euro hasta los relojes de señora a 57, pasando por libretas y cuadernos, pañuelos, llaveros o el libro sobre las obras de arte que tiene el Senado repartidas por sus salas y pasillos.