BARCELONA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
El líder del PP catalán y aspirante a revalidar la presidencia, Daniel Sirera, defendió hoy su candidatura y voluntad de integración ante el "principio de acuerdo" de Alberto Fernández Díaz y Montserrat Nebrera, aunque atribuyó a la lista del concejal barcelonés intereses "personales" para excluir a ciertas personas de la futura ejecutiva.
"Quiero llegar a un acuerdo, pero es complicado porque en algunos casos no se buscan intereses políticos sino personales", señaló en rueda de prensa, destacando que está dispuesto a hablar "de todo sobre todo, y sin excluir a nadie".
Insistió en la "mano tendida" que ofrece a ambos candidatos y en su objetivo de integrar a las diferentes sensibilidades de la formación, aunque afirmó tajantemente que no quiere convertir el congreso del 5 y 6 de julio en un "baile de nombres", y que no aceptará el "quítate tu que me pongo yo".
A su juicio, el "principio de acuerdo" entre Fernández y Nebrera parece más un "reparto de cargos" que el diseño de un proyecto de futuro para el PP catalán.
Además, explicó que cuando se conoció esta noticia "muchos" compromisarios le llamaron para reunirse con él y para comunicarle que cambiarían su aval a su favor.
NEBRERA "QUIERE SER LA PRESIDENTA".
"Nebrera quiere ser la presidenta del PP catalán", aseguró Sirera tras reunirse esta mañana con ella, encuentro que acabó sin ningún acuerdo.
A su juicio, la diputada popular es un "valor" para el partido, y recordó que fue él quien la animó a afiliarse al PP catalán.
Mañana, Sirera se reunirá con Fernández, a quien emplazó a explicarle lo que quiere, aunque añadió: "Lo único que quiere es que yo no sea el presidente, y así es muy difícil poder hablar".
"Alberto Fernández tiene muchas cualidades y lo necesito, pero ya tuvo su oportunidad y entonces yo fui el primero en ayudarle, aunque no fue posible", sostuvo.
30 AÑOS DE DERROTAS.
Al preguntársele por si aceptaría a Alicia Sánchez Camacho como candidata de consenso, respondió que hará "lo que sea" en beneficio del partido.
Sin embargo, destacó que él no es el problema para el PP catalán, sino la "solución a 30 años de derrotas y de luchas intestinas" en el seno de la formación.
Ante la posibilidad de que el PP nacional actúe finalmente para solventar la situación, confió en que su papel se base sólo en la "mediación", aunque reiteró la necesidad de que el partido resuelva sus propios problemas.
