MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo estudia hoy el recurso presentado por la defensa del empresario valenciano Enrique Cerdá contra la sentencia de la Audiencia Nacional que le condenó en 2006 a cinco años de prisión como autor de un delito de colaboración con organización terrorista islamista al considerar probado que contribuyó económicamente, junto al paquistaní afincado en Logroño Ahmed Rukhsar, a la realización del atentado cometido contra la sinagoga de Djerba (Túnez) el 11 de abril de 2002.
Los magistrados José Antonio Martín Pallín, José Manuel Maza y Carlos Granados deliberarán, a puerta cerrada, sobre si confirman o casan la citada condena. En el ataque a la sinagoga, que fue reivindicado por el Ejército Islámico por la Liberación de los Santos Lugares, integrado en Al Qaeda, murieron catorce ciudadanos alemanes, dos franceses y cinco tunecinos, y resultaron heridas una treintena de personas.
INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
La Audiencia Nacional consideró en su sentencia que existían pruebas suficientes para acreditar que Cerdá era conocedor de que estaba realizando actividades de intermediación financiera entre distintos terroristas por medio de su empresa Comercial Hispania de Calcomanías S.L.
El tribunal consideró probado que los terroristas tenían su número de teléfono y le llamaban para reclamarle los pagos. Según el relato de hechos Cerdá mantenía relaciones financieras con el militante de Al Qaeda "Issa de Karachi", identificado como Essa Ismail Muhamad, en paradero desconocido, a través de su empresa, dedicada a la fabricación de baldosas.
Así, Enrique Cerdá mandaba dinero a "Issa de Karachi" o las personas que éste le ordenaba por medio de talones, cheques y pagarés, en ocasiones firmados en blanco. A raíz de la primera relación, Cerdá entró en contacto con el jefe del Comité Militar de Al Qaeda, Khalid Shaykh Mohammed, alias "Mukhtar" o "el Cerebro", quien fue detenido el 1 de marzo de 2003 en Paquistán.
Khalid Shaykh Mohammed, vinculado con los atentados del 11-S y el cometido contra el World Trade Center en 1993, está considerado como la persona de planificar el atentado de la isla de Djerba. Según la sentencia, este terrorista dio el número de teléfono de Cerdá a Nizar Nouar, quien debía identificarse como "Abdallah Jafer" y dejar el recado "'Issa de Karachi' tiene un regalo de 5.720 euros". Además, el 16 de marzo de 2003 su hermano, Walid Mouar, telefoneó a Cerdá seis veces. Después Walid llamó a Nizar y Khalid Shaykh Mohammed.
La Sala destacó también la vinculación del empresario con otro de los implicados en el atentado de la sinagoga, Daniel Yusuf Morgenegg, ya que llamó al teléfono de Khalid Shaykh Mohammed para informarle de que la "boda" de su hermano iba a ocurrir muy pronto y que esperaba la llegada de "Kike", alias del empresario de la localidad valenciana de Manises.
En sus fundamentos jurídicos, la sentencia subrayaba que el empresario no pudo dar una explicación lógica, coherente y mínimamente creíble de por qué tantas personas relacionadas con el atentado cometido en Túnez tenían su número móvil, ni de por qué entregaba dinero a quien Karachi le decía. Además, no ha podido acreditarse a qué obedecen los pagos efectuados en todas las operaciones comerciales investigadas.
LO IMPORTANTE ERA GANAR DINERO
El tribunal consideró que Cerdá sabía que Essa Ismail Muhamad (Issa) era un extremista musulmán y que, no obstante, lo importante para él era ganar dinero sin preguntarse a qué actividades se dedicaban las personas a las que pagaba en su nombre.
El otro procesado, el ciudadano paquistaní Ahmed Rukhsar, fue condenado por utilizar su tienda "New Lagpal", un locutorio en el que también vendía productos de alimentación, para enviar dinero a Al Qaeda desde Logroño. Se ha determinado que sus movimientos económicos ascendieron a 2.677.097 euros.