Los testigos del crimen del Metro de Barcelona señalan al acusado como el autor del empujón mortal

Actualizado: martes, 30 septiembre 2008 16:29

BARCELONA, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las personas que presenciaron el asesinato de la estación de Navas del Metro de Barcelona aseguraron hoy que el acusado fue el hombre que, el 21 de febrero de 2007, empujó a un vendedor de cupones de la Once sordomudo a las vías del tren cuando llegaba un convoy, y la persona a la que persiguieron tras el crimen y entregaron a los Mossos d'Esquadra.

Durante la segunda sesión del juicio con tribunal popular que se celebra en la Audiencia de Barcelona, los testigos explicaron que no pudieron ver la cara del acusado, David Z.G., un barcelonés de 29 años que padece esquizofrenia, pero lo identificaron gracias a la chaqueta negra con capucha y la mochila que llevaba el sospechoso.

En las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia del suburbano barcelonés tampoco puede verse la cara del procesado a causa de la capucha, pero se lo reconoce gracias a la ropa. El vídeo, junto a las declaraciones de los testigos presenciales, fueron suficientes para que la Policía catalana descartara la posibilidad de que el autor del crimen fuera otra persona.

Los fotogramas que se enseñaron hoy a los miembros del jurado y al responsable de la investigación muestran como a las 15 horas, 23 minutos y 48 segundos, en el andén lateral en sentido Hospital de Bellvitge de la Línea 1, un individuo empuja a la víctima, Joaquín A., que tenía 52 años, a la llegada de un convoy, y dos segundos después huye hacia la salida.

La conductora sólo vio "unas manos" empujando a un hombre a las vías y que no pudo frenar, ya que los trenes entran a las estaciones a 35 kilómetros por hora. La víctima falleció en el acto a causa de las fracturas craneales y costales que le provocaron una importante hemorragia, según explicaron los forenses.

José Antonio B.M. explicó que, en un principio, David Z.G. se fue andando, pero al oír los gritos de "¡que se escapa, que se escapa!", echó a correr y llegó a la calle 15 segundos después de presuntamente empujar a la víctima, según las imágenes.

Mientras subía las escaleras, el acusado se cruzó con Francesc A.M., que entraba a la estación pero que dio media vuelta y se unió --pensando que el sospechoso había robado un bolso-- a los tres usuarios del Metro que presenciaron los hechos y corrían tras David Z.G.

Francesc A.M. y José Alberto M.M. fueron los primeros en alcanzar al sospechoso cuando, tras cruzar la avenida Meridiana, corría por la confluencia de las calles Vizcaya y Palencia, donde le retuvieron hasta que llegaron varios mossos d'Esquadra que se encontraban en la zona y que fueron alertados por uno de los testigos.

José Alberto M.M., quien sólo perdió de vista al procesado cuando subía las escaleras, explicó al tribunal popular que no vio que el hombre que perseguía le entregara una chaqueta y una mochila al acusado, como aseguró ayer David Z.G., quien dijo que un individuo lo amenazó con matarlo si no se ponía un anorak negro con capucha.

Según la versión del procesado, entre la llegada del presunto asesino que le entregó la chaqueta y la salida a la calle de sus perseguidores pasaron entre uno y dos minutos, lo que no concuerda con las imágenes de las cámaras de seguridad. En ellas, se puede ver como todo ocurre en menos de tres segundos.

El juicio continuará mañana con la declaración de los psiquiatras sobre el estado mental del acusado, quienes deberán decir si David Z.G. era consciente de sus actos o no, y con las conclusiones y los informes finales. Por el momento, la Fiscalía pide 17 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía con la agravante de disfraz y la atenuante de alteración psíquica por la esquizofrenia indiferenciada con rasgos desadaptativos de la personalidad que padece.

El abogado de la familia de la víctima, en cambio, entiende que no concurre dicha atenuante en base al informe que encargó a un catedrático en Psicología y que sostiene que David Z.G., si bien contaba con antecedentes psiquiátricos, tenía intactas sus capacidades mentales cuando arrojó a Joaquín A., de 52 años, a las vías del tren.

Es por ello que el letrado pide una condena de 20 años de prisión y una indemnización de 125.000 euros a la hija de la víctima --frente a los 120.000 que pide la Fiscalía--. A su entender, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), empresa municipal que gestiona el Metro, debería afrontar subsidiariamente el pago de la compensación por no haber tomado ninguna medida de seguridad en el acceso a la estación.

El abogado de David Z.G. solicita la libre absolución de su cliente, ya que, según su versión, no fue él quien empujó a Joaquín A. cuando éste esperaba el tren para regresar a los alrededores de la avenida de Madrid, en el barrio de Sants, donde vendía cupones. En caso de que el tribunal emita un veredicto de culpabilidad, pidió que se le condene a siete años de internamiento en un centro psiquiátrico.