SANTANDER, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Integrantes del Club de Madrid y expertos internacionales reunidos hoy en Santander en el encuentro 'Democracia y diálogo: Occidente y el Mundo Árabe', coincidieron en alertar de la "erosión" que han sufrido los derechos humanos en los últimos cinco años, desde que se iniciara la lucha contra el terrorismo internacional tras los atentados del 11-S en Nueva York.
Entre las ponentes que respaldaron estas tesis estaban la ex presidenta irlandesa Mary Robinson y la que fuera primera ministra de Canadá Kim Campbell, quienes sostuvieron también la necesidad de concebir el 11-S como un crimen contra la humanidad, en vez de como un acto terrorista, porque esa concepción "aísla mucho más" a los autores y favorece "alianzas entre países" en la respuesta.
Para Mary Robinson, la lucha contra el terrorismo planteada como una guerra hace que no se vea como "algo tan malo", sino incluso como algo "más apasionante" y lleva a que la población "acepte" que se rebajen los niveles de derechos", y así ha sido tras el 11-S, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido. "El terrorismo es un ataque contra el Estado de Derecho y hay algo mal si las medidas tomadas también lo socavan. Si nos olvidamos de esos límites o los erosionamos, nos estamos venciendo nosotros mismos", recalcó Robinson.
En su intervención en este encuentro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organizado por el Club de Madrid, la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) y el Gobierno de Cantabria, la ex presidenta irlandesa subrayó que los derechos humanos "no deben verse como un obstáculo cuando las cosas se ponen serias", sino como un "elemento práctico" en la lucha contra el terrorismo.
Por el contrario, criticó que recurrir a las torturas "provoca" una respuesta de "amplia ira" y "alienación", genera "bombas de relojería" y crea "un círculo vicioso en el que terrorismo y torturas son endémicas".
Por otro lado, rechazó que se aplique un "doble rasero" y, en el caso del conflicto entre Israel y Hezbolá, lamentó que el comité de investigación planteado desde el Consejo de Derechos Humanos vaya a investigar sólo posibles violaciones de derechos por parte de Israel, cuando lo correcto sería buscar un "equilibrio" y analizar también posibles violaciones de derechos de Hezbolá.
En su reflexión sobre los derechos humanos, Robinson también reclamó que no se vean como una idea occidental, puesto que "no pertenecen a ninguna ideología ni secta" y, si bien en el mundo árabe hay líderes políticos que no los defienden, las "bases" sí los quieren. Asimismo, agregó que la democracia "no basta por si misma para garantizar los derechos humanos".
En similares términos se pronunció también la ex primera ministra de Canadá Kim Campbell, quien cuestionó que la democracia sea "garantía" de protección de esos derechos y reconoció que "cuando la gente tiene miedo apoya la violación de los derechos humanos" y "no ve las normas como algo que contribuye a su seguridad".
EUROPA "ENSUCIADA POR SU SILENCIO"
Respecto al papel jugado por la Unión Europea y cuál debería haber sido realmente ese papel ante la lucha contra el terrorismo, pero también ante situaciones como la de Guantánamo o los abusos en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, Mary Robinson consideró necesario que las autoridades europeas respondan y señaló que si no fuera por la investigación del Consejo de Europa y el Parlamento europeo "no tendríamos idea de cuántos países han cerrado los ojos ante las detenciones y entregas" de presos en sus territorios.
Por su parte, el representante especial del presidente del Gobierno español para la Alianza de las Civilizaciones, Máximo Cajal, opinó que la erosión de derechos que se ha derivado de la guerra contra el terrorismo, aunque tiene su origen en Estados Unidos, es una "responsabilidad que ha ensuciado a todos, especialmente a los europeos", por su "silencio" y por su "complicidad involuntaria", por ejemplo, hacia los vuelos de la CIA.
En su opinión, los "desprecios" que se hacen "con toda razón" al mundo árabe por los actos violentos, chocan con una falta de "credibilidad" por parte de Occidente, donde se dan situaciones como la de Guantánamo, base a la que se refirió como "una especie de basurero donde se tortura y humilla" a los detenidos. Cajal incidió además en la paradoja de que el Tribunal Supremo haya tenido que poner en libertad a un español de origen musulmán, que "igual era terrorista", y que fue previamente condenado por la Audiencia Nacional a partir de declaraciones obtenidas en Guantánamo con la participación de agentes de los servicios secretos españoles.
EL GRAN "DESAFÍO DE LA CREDIBILLIDAD"
En esta misma línea, Irune Aguirrezábal, asesora de la ONU y ligada además a la Corte Penal Internacional, consideró que "el gran desafío" de la Unión Europea y de la Comunidad Internacional es el de la credibilidad", aunque lamentó que el reciente conflicto de Líbano "no ha ayudado a fomentarla". En dicho conflicto aseguró que tanto Israel como Hezbolá han cometido "atrocidades" y se han visto vulnerados los derechos más básicos, "sobre todo" entre la población "más desprotegida".
En su opinión, el marco jurídico internacional vive un momento "de retroceso" y después del 11-S y la invasión de Irak se ha pasado de luchar contra la impunidad a una "guerra abstracta contra el terrorismo en la que vale cualquier método". Sin embargo, desde su punto de vista la lucha contra el terrorismo sólo puede abordarse desde la "legalidad internacional" porque, de lo contrario, "no será eficaz", sino que "ahondará en la incomprensión" y generará "más inestabilidad e inseguridad".
Por ello, Aguirrezábal apostó por hacer un "llamamiento" a la comunidad internacional para que se "esfuerce" en concluir el Tratado Internacional contra el Terrorismo, contando para ello con el liderazgo de la UE.
"DESPRECIO ANGLOSAJÓN"
A lo largo de esta segunda sesión de trabajo del encuentro, en torno a 'La protección de los derechos humanos en la lucha contra el conflicto y la inestabilidad", hicieron sus aportaciones, además de la dos ponentes, Irune Aguirrezábal y Mary Robinson, otros de los asistentes que participarán en las mesas de debate a lo largo de las dos jornadas de encuentro.
Así, al igual que Kim Campbell y Máximo Cajal, tomaron la palabra otros representantes y expertos, entre ellos, Frederick Halliday, profesor de Relaciones Internacionales de la London School of Economics, quien lamentó que en debates como el que se plantea estos dos días en Santander no estén presentes los "anglosajones" que, a su juicio, "no escuchan ni quieren escuchar" y muestran "desprecio" hacia los musulmanes y, en general, hacia todos aquellos pueblos "subordinados o dominados históricamente".
Además, criticó la "ausencia absoluta de discusión" en Estados Unidos tras el 11-S, cuando el origen del atentado tiene "raíces históricas" que vienen de la Guerra Fría y del tiempo en que los actuales terroristas eran "formados por la CIA". De hecho, Halliday subrayó que esos terroristas son "los hijos ilegítimos de Margaret Thatcher y de Ronald Reagan".
Finalmente, el profesor egipcio Saad Eddin Ibrahim, presidente del Ibn Khaldun Center for Development Studies, explicó que tras el 11-S hubo un "tremendo apoyo" a Estados Unidos como "víctima del terrorismo" y los conservadores "aprovecharon la empatía internacional" para seguir su plan de actuación e invadir Afganistán e Irak. De todo ello se deriva una "confusión moral" y una "erosión" de derechos con la cual se sienten "cómodos" los dictadores del tercer mundo, ante la cual, el profesor defendió la necesidad de "ser vigías morales" y "reafirmar periódicamente" los derechos humanos.