El abogado de la familia de Nagore defiende que el acusado "sabía lo que hacía" y que "quería hacerlo"

Actualizado: lunes, 9 noviembre 2009 21:25

La acusación popular, ejercida por los ayuntamientos de Irún y Pamplona, las Juntas de Guipúzcoa y el Instituto Navarro para la Igualdad, piden 20 años de cárcel por asesinato

PAMPLONA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -

El abogado de la acusación particular se mostró hoy "plenamente" de que el acusado, José Diego Yllanes, "sabía lo que hacía y además quería hacerlo" cuando mató a Nagore Laffage el 7 de julio de 2008. En su exposición, manifestó que el procesado es un "gran actor".

La acusación particular, en representación de la familia de Nagore Laffage, pidió en la sexta jornada del juicio una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, o de 15 años, sino se aprecia alevosía, por homicidio con agravante de abuso de superioridad. Además, mantiene el delito por profanación de cadáveres en cinco meses y pide para la familia de Nagore las mismas indemnizaciones que el Ministerio Fiscal.

El abogado de la acusación particular manifestó durante su exposición que piden "justicia reparadora y no venganza". Señaló que en la vista oral ha quedado demostrado que el acusado "tenía pleno dominio de sus actos" y que actuó con "gran frialdad", además de con alevosía. "Nagore fue asesinada porque se negó", manifestó.

Señaló el letrado que Yllanes mató a Laffage "con pleno uso de sus facultades mentales". "Era una persona normal", dijo y rechazó que el procesado tenía costumbre de beber cuando salía. "No hay ningún dato objetivo de que la ingesta de alcohol aquella noche le afectara", afirmó.

Según expuso, el día 7 de julio "golpeó a la víctima" hasta dejarla "aturdida" para posteriormente "asfixiarla". Relató que la joven percibió una llamada en el télefono de Yllanes, que seguidamente utilizó para llamar al 112 "en una situación de angustia". "Sabe que la van a matar y que no tiene salida", dijo, para afirmar que el acusado "no estaba loco ni estaba borracho". A su juicio, lo más probable es que el procesado la estrangulara tras encontrarla con el teléfono.

"Y se quiere deshacer del cuerpo y de una manera que no lo puedan relacionar con él. Empieza con el dedo", señaló el letrado de la acusación particular, quien señaló que el compañero de trabajo a quien llamó tras cometer los hechos es su "perdición", porque "lo que pensaba iba a ser un cómplice le dice que vaya a la Policía". "Como no consigue su complicidad se va", dijo, y opinó que "ello le estropea el plan al acusado".

Se desplazó, relató el abogado, a casa de sus padres para coger el carné de conducir y las llaves del coche, donde trasladó el cuerpo sin vida de la joven irunesa. "Él va a una zona segura para él, que la conoce", expuso, para poner de manifiesto "qué frialdad, qué capacidad para organizar que no se le relacionara con lo que acababa de hacer".

Defendió la petición del delito de profanación de cadáver, para lo que pide una pena de 5 meses de prisión, y señaló que no existe "reparación del daño" con el abono de 126.000 euros en favor de la familia de Nagore, ya que "esa cantidad se consignó un día antes de que comenzara el juicio" y en la misma "no se ha incluido" al hermano.

ACUSACIONES POPULARES

La sexta jornada del juicio por el asesinato de Nagore Laffage continuó esta tarde con las exposiciones de los abogados de la acusación popular ejercida por el Ayuntamiento de Irún, las Juntas Generales de Guipúzcoa, el Instituto Navarro para la Igualdad y el Ayuntamiento de Pamplona. En todos los casos piden 20 años de prisión por un delito de asesinato.

El abogado de la acusación popular ejercida por el Ayuntamiento de Irún lamentó que Yllanes "ha destrozado la vida" de los padres de Nagore, y destacó que la "brutalidad y cobardía" son dos de los rasgos de personalidad más significativos del acusado. Defendió que el procesado "quiso matar" y "hacer callar" a la joven irunesa, y sostuvo que además es un "cobarde" porque "no respetó a Nagore ni antes ni después de muerta".

En esta línea, expuso que "en ningún momento el acusado dio muestras de arrepentimiento" y aseguró que "es fácil disimular los efectos de una embriaguez inexistente". "Si el acusado tuvo la lucidez de ocultar las pruebas tuvo la lucidez de matar a Nagore", agregó, tras recordar que el procesado "remató a Nagore cuando estaba indefensa". "Espero que se tenga la misma piedad con el acusado que la que él tuvo con Nagore", concluyó.

Por su parte, el abogado de la acusación popular ejercida por el Instituto Navarro para la Igualdad puso de manifiesto que Yllanes "tenía decidido que iba mantener una relación sexual con Nagore cuando la llevó a su piso" y afirmó que "si una posible estudiante de enfermería de la Clínica le hubiese denunciado por abuso sexual iba a ser despedido".

Así, defendió que el acusado "optó por la opción que le reportaba mayor beneficio que era mantener su estatus personal y profesional y por eso mató a Nagore" y aseguró que "elegir una opción como ésta no se hace sin inteligencia, sin conciencia y sin voluntad". "Yllanes tiene ánimo homicida, no quería sujetarla o contenerla para que no se fuera, sino que quería rematarla", agregó.

En su opinión, Yllanes "no estaba borracho" y aseguró que "ni estaba desorientado, ni olía a alcohol y no tenía pérdida de atención". "El acusado no padecía intolerancia al alcohol, ni tenía vulnerabilidad, bebió igual o menos cantidad de alcohol que la inmensa mayoría de personas que pasaron la noche del 6 de julio celebrando el inicio de los Sanfermines", sostuvo.

En esta misma idea incidió el letrado de la acusación popular ejercida por el Ayuntamiento de Pamplona quien resaltó que Nagore "sabía lo que le esperaba y que no tenía salida de esa casa" y afirmó que "estuvo sometida a esa angustia desde las siete y media de la mañana porque no tenía nada y no podía hacer frente a esa situación". Según indicó, la joven irunesa "no tenía ningún tipo de esperanza" de sobrevivir una vez en casa del acusado porque Yllanes "tenía muy claro lo que iba a hacer".

Finalmente, la letrada que representa a la acusación popular ejercida por las Juntas Generales de Guipúzcoa puso de relieve que en la vista oral "ha quedado acreditado que hubo alevosía", porque "se aprovechó de la indefensión de Nagore para estrangularla". "Ha quedado totalmente probado que ha habido asesinato", defendió.