Familiares de niños con déficit de atención piden más recursos para salud y educación

Actualizado: domingo, 18 noviembre 2007 12:12

Una asociación de la Ribera demanda en el Parlamento formación para profesores y más personal en los centros de salud mental

PAMPLONA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Asociación Navarra de Apoyo a Personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad de la Ribera (Andar) ha solicitado a las instituciones navarra que faciliten más recursos en educación y sanidad para mejorar la calidad de vida de los niños afectados por este trastorno, entre un 4 y un 6 por ciento de la población.

El trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, conocido coloquialmente como hiperactividad, es la psicopatología más frecuente en la infancia y afecta más a los niños que a las niñas. Se trata de una enfermedad crónica y sus síntomas persisten durante toda la vida.

El déficit de atención dificulta la terminación y desarrollo correcto de tareas, actividades y juegos. Aparentemente, los niños no escuchan cuando se les habla, tienen dificultades para organizarse, se distraen con facilidad y tienen una conducta caótica. Además, la hiperactividad hace que muevan constantemente manos y pises, que se levanten y que correteen por todos los lados.

La presidenta de la asociación Andar, Josefa Equiza, explicó en declaraciones a Europa Press que este trastorno "es muy poco conocido y es necesario que en las instituciones tomen en serio este tema, para que en cada zona existan los recursos que necesitamos, para que los niños y los familiares tengamos los apoyo suficientes, tanto en el ámbito educativo como de la salud".

Josefa Equiza compareció el pasado martes, acompañada por el psicólogo de la asociación Patxi García ante las comisiones de Educación y Sanidad del Parlamento de Navarra, en sesión de trabajo con los grupos parlamentarios, para dar cuenta de sus reivindicaciones.

En concreto, en el plano educativo, Josefa Equiza explicó que las asociaciones necesitan "mucho más apoyo porque, aunque hay un interés creciente por este tema, hay muchos profesores que no saben de qué va este asunto". "Quisiéramos que los profesores tuvieran formación para reconocer los síntomas del déficit de atención y tuvieran estrategias para tratar adecuadamente a los chavales que tienen este problema", explicó.

En este sentido, defendió la importancia de que en los centros educativos haya más profesores de apoyo y se reduzca el número de alumnos por clase, de forma que se garantizaría una mejor atención para los niños con este trastorno.

En el plano sanitario, defendió que en pediatría también deben ampliarse los recursos para atender a los niños, al igual que en otros servicios. En la zona de Tudela, en el centro de salud mental la media de espera entre cita y cita es de 46 días.

"Durante este período de tiempo pasan muchas cosas en la familia de una persona hiperactiva. Además, para que este seguimiento sirva tanto al niño como a la familia, tiene que ser algo mucho más cercano, continuo y coordinado con otros profesionales y en las circunstancias que estamos viviendo en la zona es absolutamente imposible", explica la presidenta de Andar.

Entre el 20 y el 30 por ciento de los alumnos con TDA-H tienen algún trastorno de aprendizaje en matemáticas, lectura o escritura, y alrededor del 58 por ciento de ellos deberá acudir a clases de apoyo para reforzar aprendizajes o comportamientos. Además, alrededor del 50 por ciento repite curso al menos una vez y el 35 por ciento no completa los estudios secundarios, según datos de Andar, que cita al doctor Russel Barkley.

Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias, la asociación presentó a los parlamentarios una serie de demandas, entre las cuales destacan que en los centros de salud mental haya psiquiatras y psicólogos infantiles suficientes para que los diagnósticos se realicen "de forma cuidadosa y el seguimiento sea cercano y continuo tanto para la persona afectada como para su familia".

Además, la asociación pide que exista una unidad de criterios y coordinación en el tratamiento del niño desde el diagnóstico hasta el tratamiento farmacológico y conductual, y el trabajo en torno a la tarea educativa y familiar.