Miles de pamploneses acompañan a San Fermín en la tradicional Procesión

Actualizado: viernes, 7 julio 2006 15:04

PAMPLONA, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

Miles de pamploneses arroparon esta mañana a San Fermín en el día grande de las fiestas. Las calles del casco viejo de la ciudad acogieron hoy la tradicional Procesión del santo, uno de los actos más emotivos e intensos de los Sanfermines.

A las 9.50 horas la Corporación, vestida de gala y acompañada por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y la banda municipal "La Pamplonesa", salió del Ayuntamiento hacia la catedral para recoger al Cabildo. Minutos después, txistularis, gaiteros, clarineteros, timbaleros, maceros, libreas, escoltas, representantes de las peñas, de los gremios históricos y de la Hermandad de la Pasión del Señor se les unieron y marcharon hacia la iglesia de San Lorenzo para recoger a San Fermín y acompañarlo en procesión.

Cánticos, jotas y aplausos dedicados al Santo fueron algunos de los "momenticos" más entrañables del recorrido.

La salida de San Fermín de la iglesia, sobre las diez y media de la mañana, fue seguida con emoción por todos los asistentes, que aplaudieron con entusiasmo entre un repique de campanas. Ya en la calle Doctor Arazuri antes de entrar a la calle Nueva, el grupo "Canta et yanta" le dedicó a San Fermín "Quieren todos cantar".

El siguiente momento emotivo de la jornada se produjo en la plaza del Consejo donde el grupo "Amigos del arte" dedicaron la típica jota al Santo. La corporación municipal, San Fermín y 'La Pamplonesa', fueron el centro de todos los aplausos.

En el Pocico de San Cernin la emoción volvió a surgir cuando los txistularis interpretaron el "Agur Jaunak", que fue acogido con grandes aplausos por parte del público. La imagen del Santo morenico continuó su recorrido por la calle Mayor, donde la Coral interpretó otra jota.

Sobre las doce tuvo lugar la Misa Solemne en honor al Patrón de Pamplona oficiada por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián.

Sebastián manifestó además durante la homilía que el olvido de Dios y de Jesucristo hace que los hombres creen sus propios ídolos, "que falsean la mente y secuestran el corazón de quienes los adoran hasta justificar los mayores crímenes y las mayores aberraciones".

"El terrorismo es una de las más trágicas demostraciones de las perversiones que pueden aparecer en el corazón humano cuando se pierde la referencia al Dios verdadero", dijo, para añadir que donde está Dios no hay terrorismo. "Los cristianos de hoy tenemos que proyectar la luz y los sentimientos del evangelio en la vida pública para alejar de nosotros la mentira y la violencia, para ayudar a edificar un orden de verdad y de justicia que asegure la paz y dilate la convivencia", expuso.

El arzobispo manifestó que así ha sido durante muchos siglos y "de nosotros" depende que lo siga siendo. "Este mismo amor concreto y operante desautoriza a quienes prtenden alcanzar un protagonismo político mediante el recurso a teorías quiméricas respaldadas por la fuerza del asesinato y del terror", y agregó que una sociedad "sana y justa que quiera subsistir no puede inclinarse ante la amenaza de la extorsión y de la violencia". "Sólo en las tierras de la justicia y del amor crece la verdadera libertad", sentenció.

Sebastián indicó que sólo un pueblo que conoce a Dios y defiende los valores espirituales y morales es capaz de establecerse sólidamente en la justicia y construir la paz. "La experiencia de nuestra vida está confirmando que donde desaparece Dios no crece el hombre, sino que crecen la mentira, la corrupción y el odio".

CONVIVENCIA

Hizo referencia a la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia , una "visita ensombrecida por el trágico accidente de estos días pasados", dijo. Y señaló que la pluralidad cultural del mundo y la "agresividad anticristiana" de algunos grupos nacionales e internacionales "hacen que sea necesario reafirmar la validez y la esencialidad de la familia, fundada en el matrimonio, entendido como la unión de vida entre varón y mujer basada en un compromiso irrevocable de amor, abierto a la transmisión de la vida".

Según dijo, es evidente que hay otras formas posibles de convivencia, pero, añadió, "no son matrimonio" aunque las leyes digan otra cosa. "Afortunadamente, las leyes de los hombres no pueden cambiar nuestra naturaleza", expuso.

Monseñor Sebastián indicó que la unión matrimonial entre varón y mujer "manifiesta y protege la igualdad fundamental entre varón y mujer, manifiesta la vocación de ambos por el amor, muestra la verdadera naturaleza de la libertad que se ejerce y se desarrolla en el compromiso definitivo del amor y de la generosidad, abre el camino para el dinamismo del amor humano que crece hacia la gratuidad y la fidelidad".

El arzobispo señaló que la fe cristiana es el "mejor fundamento" posible para la convivencia. Y añadió que ningún proyecto, ninguna ideología es "equiparable" al valor de una sola persona. "Podemos proyectar muchas cosas y mantener diferentes aspiraciones, pero nada justifica dejar de amar y de hacer el bien posible a uno solo de nuestros prójimos".

"MOMENTICO"

Uno de los actos más emotivos conocido como el "momentico" se produjo cuando los Gigantes bailaron en el atrio de la Catedral al son del txistu y la gaita mientras sonaba el tañido de las campanas, los clarines y la música de la banda municipal. Destacó especialmente el sonido de la campana "María", la segunda más grande de España con 12.000 kilos.

Finalmente, los dantzaris del grupo Duguna bailaron en la Plaza Consistorial.