Monseñor Sebastián afirma en Javier que los jóvenes son "la esperanza y la continuidad de la Navarra de siempre"

Actualizado: sábado, 10 marzo 2007 19:05

El arzobispo de Pamplona ofició la misa de la segunda Javierada de este año

PAMPLONA, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, afirmó hoy, ante los miles de peregrinos congregados en Javier, que los jóvenes, "a los que os visto con emoción venir carretera adelante", son "la esperanza y la continuidad de la Navarra de siempre, con la fe de Jesucristo que ha dado fuerza e identidad a nuestro pueblo a lo largo de los siglos".

Monseñor Sebastián advirtió a los jóvenes de que tienen que "continuar este patrimonio espiritual de la fe, de las familias cristianas, de la convivencia pacífica, fraternal y justa". "Ni vosotros, ni yo ni vuestros padres sabemos que váis a tener que vivir dentro de cinco, de diez, de 15 años pero sí podemos deciros que, pase lo que pase, venga quien venga, Jesucristo estará con vosotros", expuso.

Según añadió, la Iglesia de Jesús, vivida día a día, "será el apoyo firme de vuestra vida". "Si estas Javierdas sirven para que la juventud navarra escuche esta palabra de Jesús y reafirme en su corazón la fe de nuestros padres, de Jesucristo, seréis garantía de continuidad, de libertad, de felicidad y de paz", indicó.

Fernando Sebastián pronunció estas palabras con motivo de la homilía que ofreció a los peregrinos congregados esta tarde en el Castillo de Javier, en la culminación de la segunda Javierada de este año 2007. Miles de personas caminaron por las carreteras navarras hoy en dirección al santuario, en una jornada soleada y fría.

Durante la eucaristía, el arzobispo manifestó que "estamos aquí para que el Señor nos ayude a ser mejores con su palabra, con su espíritu". "Todos necesitamos convertirnos más estrechamente al amor del Señor y hace falta que respondamos con más entusiasmo a las enseñanzas, a los dones, a la llamada de Jesús", dijo.

El arzobispo indicó que la verdadera conversión y renovación de la vida solo llegará "cuando seamos capaces de sentir cerca de nosotros la presencia de Dios". "Podemos estar lejos de Dios pero Dios no está nunca lejos de nosotros, nos sostiene en la vida. Dios siempre está cerca de nosotros esperando que le abramos la puerta de nuestro corazón", afirmó.

Monseñor Sebastián advirtió de que la dignidad de los hombres no está en los "poderes" del mundo, sino en Dios. "Es la norma de nuestra vida y no las leyes de los parlamentos", dijo, para señalar que "somos hijos de Dios y a él debemos el primer amor y fidelidad".

El arzobispo de Pamplona animó a construir, con la ayuda de Dios, una sociedad fundada no en el laicismo ni en una "libertad desmesurada, salvaje, falsa, sin consistencia", sino una vida "edificada sobre la verdad de Dios, que nos construye desde dentro como personas libres, responsables, serenas, misercordiosas".

"Es Dios el que ilumina nuestra mente y fortalece nuestro corazón", dijo, para destacar la importancia de la familia, que es, expuso, donde "nacemos, crecemos y donde mejor asistidos vivimos y morimos con el amor de nuestros familiares". Habló del matrimonio "verdadero", aquel que es "compromiso irrevocable entre hombre y mujer, un amor limpio, puro, generoso, fiel, a muerte, donde los hijos puedan crecer seguros, felices".