Un toro suelto de Miura protagoniza una carrera muy peligrosa que deja al menos dos heridos por asta de toro

Actualizado: domingo, 8 julio 2007 10:36

PAMPLONA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un toro de la ganadería sevillana de Miura fue hoy el protagonista del segundo encierro de los Sanfermines al quedar descolgado del resto de sus hermanos en el tramo final de la carrera y provocar momentos de mucho peligro tras embestir a numerosos mozos. El encierro, que duró 3,36 minutos, se saldó con al menos dos heridos por asta de toro, uno en el tramo de Telefónica y otro en Mercaderes.

El peligro del toro suelto se vio acrecentado por la presencia masiva de corredores inexpertos en la carrera que, en lugar de facilitar la tarea de los pastores, la entorpecieron al citar al animal y tocarlo en numerosas ocasiones.

Además del gran número de mozos que arrolló el toro negro en el tramo de Telefónica, sus cinco hermanos golpearon y pasaron por encima de varios corredores en diversos tramos del recorrido.

La carrera volvió a empezar hoy con retraso, esta vez de apenas un minuto, debido a la multitud de personas que entraron al recorrido, muchos de ellos sin la intención de correr, sino más bien de ver pasar los toros o entrar al ruedo.

Una vez lanzado el cohete sobre las ocho y un minuto, los seis toros salieron de los corralillos precedidos por los mansos y enfilaron la cuesta de Santo Domingo, donde aguardaban los mozos para iniciar la carrera. La manada caminaba completamente agrupada y al final del tramo se registró una montonera de corredores que fue arrollada por la manada.

Los animales entraron en la plaza del Ayuntamiento y un toro negro comenzó a adelantar a todo el grupo para situarse en cabeza e imponer un fuerte ritmo de carrera. De hecho, entrando en la curva de Mercaderes, este animal lanzó al suelo con su cabeza a un mozo al que después arrolló.

El grueso de la manada, ya dirigida por los toros, ofreció bonitas carreras a los mozos cerca de las astas, hasta que, llegados al tramo de Telefónica dos toros resbalaron y uno de ellos se descolgó definitivamente de la manada.

De esta forma, cinco toros entraron en los chiqueros de la plaza y el sexto, un animal negro, se quedó solo en el último tramo, donde provocó los momentos más peligrosos del encierro. El toro se volvió varias veces hacia atrás, donde se acumulaba un gran número de personas que, además, dificultaban la tarea de los pasteros.

El animal embistió a ambos lados del vallado y especialmente se vivieron momentos de tensión cuando tuvo a su merced a un mozo que se encontraba en el suelo, a la izquierda del vallado, y a otro joven que estaba apoyada en el propio vallado pero no lograba abandonar la carrera.

Finalmente, los pastores y algunos mozos lograron dirigir al toro hasta la plaza, pero tampoco lograron introducirlo en los chiqueros a la primera, ya que de nuevo mozos inexpertos citaban al animal y lo distraían, hasta que por fin, el toro entró en los corrales y se acabó la carrera.