Actualizado 04/12/2007 01:00

Andrés Aberasturi.- Dos Ausencias

MADRID 4 Dic. (OTR/PRESS) -

A la manifestación de hoy -cuántas reflexiones se podrían hacer sobre los ecos de este nuevo asesinato de ETA- va a faltar el Presidente del Gobierno y el señor Alcaraz, secretario de la AVN. No pasa nada: ni las estructuras van a temblar ni la repulsa de la sociedad española hacia la banda terrorista va a ser menor. Pero la verdad -y siento pensarlo así- se equivocan de medio a medio, los dos, tan lejanos, tan en uno y otro lado de la visión del problema y justo viene a unirles un ausencia que ninguno de los dos puede justificar a los ojos del pueblo.

Alcaraz, que tantas veces tomó la calle con el derecho que sin duda le correspondía, esgrime ahora razones pueriles y de escasísimo contenido para no estar en una demostración que pide la derrota de ETA y que la han convocado partidos políticos e instituciones sociales. Alegar lo que alega Alcaraz, que el Congreso no ha revocado el permiso dado a Zapatero en su momento para dialogar ETA, es un argumento endeble que no se sostiene como tampoco el recordatorio de otras manifestaciones pasadas. Si Alcaraz no va es por razones políticas, porque no quiere compartir asfalto con el PSOE o con miembros del Gobierno. Si hace bien o si hace mal, es cosa suya y de los miembros de su asociación. Desde fuera, insisto, la gente no lo entiende y la AVT debería plantearse a ver si la reacción es más visceral que comprensible.

La otra ausencia, la del presidente del Gobierno, la justificaba José Blanco "por coherencia" con la actitud que ha mantenido estos tres años. Pero lo que se le olvida a José Blanco y Zapatero es que en estos tres años ETA no había matado a un guardia civil y puesto en gravísimo peligro (al menos a la hora de escribir esta columna) a otro miembro de la Benemérita. Hay ciertas coherencias y ciertas actitudes que debe cambiarse ante un cadáver y tampoco el pueblo va a entender que el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno no se sume a la gente de buena voluntad y camine codo con codo con quienes le llevaron al poder y pueden -o no- mantenerle allí dentro de unos meses. Y aunque Pepe Blanco haya anunciado su propia presencia, me temo que aun a los ojos del personal, no es lo mismo.

Otro tema sería que tras los abucheos en el día de las FFAA y los recibidos por el PSOE en las concentraciones frente a los ayuntamientos, se haya pensado que mejor no exponer al presidente a un espectáculo. Ni lo quiero pensar. Porque de ser cierta esta prudencia, entonces es que ya no merece la pena nada. Imagino que ZP en su laberinto piensa que un presidente de Gobierno debe estar "por coherencia" al margen de esta cosa callejera. Y la verdad, con Giscard ya tuvimos bastante y eso que era francés. No quedan virreyes: o hay reyes que mandan callar a dictadores o presidentes de Gobierno cuya obligación es estar al lado de la gente que se tira a la calle harta de otro asesinato inútil y espantoso.

Andrés Aberasturi.

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