MADRID 5 Jun. (OTR/PRESS) -
Cuando Fraga era el jefe de Alianza Popular, allí no había quien tosiera y fue cosechando fracasos con una velocidad inusitada. Luego tuvo la lucidez de retirarse a su Galicia y tras algunos ensayos pintorescos (Hernández Mancha, por ejemplo) llegó el joven Aznar que se dejaba aconsejar, que escuchaba y aprendía. Y terminó ganando las elecciones y haciendo una primera legislatura que seguramente fue incluso de libro: la bordó. Después, ya se sabe, Aznar practicó el aznarismo y ese suele ser el fin no sólo de un político sino de su partido.
Paralelamente el PSOE, que aun vestía pana, aterrizaba en Madrid Suresnes unidos por una tortilla de patatas y elevados a la categoría de líderes gracias a Nicolás Redondo. Primero descalabraron a la UCD -que nunca llegó a ser un partido- y luego ilusionaron a todo un país que les votó mayoritariamente. Bordaron aquella legislatura. Pero Felipe empezó a ejercer el felipismo y Guerra el guerrismo y aunque resistieron mucho más que la UCD -el PSOE si era un partido- los "ismos" terminaron como el rosario de la aurora y volvieron a ocupar los bancos de la oposición.
Mirando con cierta perspectiva la Historia de nuestra democracia, llegas a la conclusión que aquí no se ganan elecciones: se pierden, que es un matiz distinto. Perdió el desbarajuste de una UCD llena de ambiciones y traidores, perdió un PSOE lleno de trampas, convolutos y enfrentamientos y perdió un PP que -además de otras cosas- apostó por una guerra contra la voluntad del pueblo. Pero siempre ocurren estas cosas cuando el partido pierde su razón de ser y el líder se eleva por encima de todos y de todo. Ese, parece ser, el problema de Zapatero con el agravante de que ZP solo está en su primera legislatura.
¿Qué esta pasando en el PSOE? ¿Qué fue de aquel ensayo democrático de las "primarias"? ¿Por qué se organizaron no ya desde Ferraz sino desde la mismísima Moncloa las candidaturas de estas últimas elecciones? ¿Desde cuando el PSOE admite y calla "apuestas personales"? ¿Qué ha pasado en Madrid o en Valencia? ¿Cómo es posible que la mitad -siendo generoso- de los ministros del Gobierno ni sepan nada n hayan sabido nada de algo tan trascendental como el llamado "proceso de paz"? Sería muy grave para el PSOE -y por tanto para España- lo que ya `parece evidente: que desde el día siguiente que ganó las elecciones, Zapatero está haciendo zapaterismo puro y duro, más o menos solo y en todo caso rodeado nada más que de quienes le cantan y le arrullan. Mal asunto. Cuando uno se aficiona a hacer apuestas personales, termina siempre apostando por si mismo y ese el fin. No es un elucubración personal sino el análisis objetivo de lo que ha ocurrido en estos años de democracia. Allá él y allá su partido que lo consiente.
Andrés Aberasturi.