Actualizado 21/09/2007 02:00

Andrés Aberasturi.- Poco serio

MADRID 21 Sep. (OTR/PRESS) -

José Blanco seguía negando ayer tajantemente que las ayudas a los alquileres fueran una medida electoral. Vale. Seguía asegurando que el crecimiento económico de España era envidiable y envidiado. Vale. Sobre el déficit (el de nuestro país es uno de los mas altos del mundo) dijo que había mejorado con respecto al que dejó el PP y que había muchos mas empleo estable que con Aznar. ¿Es esto mentira? Evidentemente no -salvo el tema electoralista- y las cifras están ahí. La cuestión es decidir si todo esto es fruto de un buen Gobierno o de una coyuntura económica favorable y que puede haber detrás de tanto triunfalismo.

Que el Gobierno lo ha hecho bien en lo tocante a la economía, parece claro. Que lo difícil era hacerlo mal, parece también evidente y en su momento incluso creo que el mismo ZP reconoció que la salud económica de España cuando ganaron las elecciones, era una herencia no ya no envenenada sino más bien muy apañada y se trataba sólo de no meter la pata y que siguieran pintando oros en la economía europea. Solbes es un hombre prudente y aunque últimamente traga sapos, ha manejado nuestros dineros, pese a los asesores de Moncloa, con buen criterio y sensatez.

Respecto a los contratos temporales, habría que reconocer que. Si bien es cierto que han aumentado, ha sido en parte a las compensaciones fiscales a los empresarios y a que el despido -aun siendo caro- ya no es esa sangría que consagro el franquismo para lavarse la conciencia.

El problema no es pues el presente que, como todo el mundo sabe, no existe, sino el futuro más o menos inmediato que no conviene hipotecar con leyes sin vuelta atrás y que no son sino parches -en eso coinciden todo el mundo menos el PSOE- a problemas estructurales que habría que solucionar poco a poco y desde abajo.

Por enésima vez casi todos estamos de acuerdo en el viejísimos "no me des un pez, enséñame a pescar". Pues cámbiese pez por talón del Gobierno y sustitúyase pescar por salarios que de verdad nos acerquen a la media europea, por planes integrales de viviendas públicas que no van a dar votos en las próximas generales pero que van a ser los cimientos para una sociedad mas justa en los próximos años. El problema es ese: que se gobierna -y se hace oposición- con la vista puesta en las elecciones y así no hay manera.

En ocasiones uno tiene la sensación de que vive en un país poco serio en el que el titular, la frivolidad y el partidismo controlan y dominan lo único que puede ser la democracia: el gobierno para el pueblo y con el pueblo porque del pueblo se recibe ese mandato y el poder. Pero aquí votas y dejas de contar como ciudadano. Si a esta mala praxis del quehacer político añadimos la tan polémica, discutible y en ocasiones carísima descentralización, cada vez que el Ejecutivo propone algo, tiene que negociarlo con cada comunidad y enfrentarse a realidades muy diversas con el peligro de llegar a la insolidaridad, esa cosa de la que se habla mucho pero sobre la que se hace poco.

Andrés Aberasturi.

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