Actualizado 15/06/2010 14:00

Andrés Aberasturi.- El sueño roto de ZP.

MADRID, 15 Jun. (OTR/PRESS) -

El señor Revilla, presidente de Cantabria, debe ser un tipo encantador y una magnífica persona, pero desde luego no parece el hombre más indicado para hacerle una confidencia. Y lo digo como un elogio hacia él porque soy de los que opinan que en política no debería haber nada secreto. El caso es que, tras entrevistarse con Zapatero, además de encontrarle delgado y enterarnos que no parece que vaya a dimitir, ha dicho algo un poco más inquietante y que viene a confirmar la teoría que mantengo desde hace años. Sostiene Revilla: "Me dijo que iba a salvar a este país y tomar medidas que no se van a comprender" y añade: "lo peor no ha llegado todavía. Las medidas más duras todavía no se han tomado y a lo mejor las tengo que tomar. No me va a temblar el pulso, y las voy a poner en marcha".

Cuando alguien se siente predestinado para "salvar a este país", a mí, personalmente, se me ponen los pelos como escarpias porque los "salvapatrias" han dado siempre pésimos y lamentables resultados y porque, en democracia, el país, la patria, el estado, lo que sea, o se salva entre todos o no se salva. Me preocupa -y esa es la teoría a la que me refería antes- ese sentimiento de predestinación de ZP desde que llego al Gobierno: en la primera legislatura quiso hacer la "segunda transición" sin que nadie se lo pidiera y cuando pintaron bastos económicos, nunca se creyó que a su buenismo le pudiera traicionar la realidad. Consumada y consumida la traición -como no podía ser de otra manera- decidió recuperar el tiempo perdido y convertirse en salvador del país vía decreto: en dos días decidió, obedeciendo a Bruselas, un decretazo al menos discutible y en otros dos una reforma laboral en profundidad que no satisface a nadie. Y no contento, anuncia que "las medidas más duran todavía no se han tomado".

Aquí hay un conflicto que debe ser más de estudio psicológico que el siempre breve y superficial análisis periodístico. ZP quería entrar en la Historia por las buenas y como no, pues está dispuesto a entrar por las malas "sin que le tiemble el pulso". El caso es entrar.

Me alegra que alguien tan poco sospechoso como el ex presidente Felipe González dijera, creo que a la cadena SER, que a ZP, "le ha golpeado la realidad de la crisis, y se le nota". Y es que es malo que tiene la realidad es que termina rompiendo los sueños de entrar en la dichosa Historia por la puerta grande y en ocasiones te hace salir de la plaza entre la broca del respetable.

Pero dicho todo esto, a mi me siguen pareciendo razonables las medidas de la reforma laboral y creo que el "churro" del que habla Durán y el PP, tiene arreglo, no sé si en dos días que es lo que quiere el Gobierno o eliminando el Decreto Ley para llegar a una reflexión conjunta con un plazo que a la fuerza no puede dilatarse. Llevamos dos años con el tema y eso marca: lo que no se ha hecho en todo ese tiempo, ni se puede improvisar en 48 horas ni puede volver a dormir el sueño de los justos. No pasaría nada si se dieran un plazo razonable y se comprometieran a dejar solucionado el asunto -y consensuado- para que se aprobara en la primera quincena de julio con la bendición de casi todos.

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