MADRID 2 Ene. (OTR/PRESS) -
Más que críticas razonadas a la actitud de Zapatero respecto a ETA, se despachan sonados desahogos de gente vinculada a la derecha política y mediática. Rasgado de vestiduras y soflamas inspirados en "ya lo decía yo" del tertuliano furioso. Inspiradores, a su vez, de los energúmenos que al día siguiente del atentado tachaban de traidor a Zapatero mientras pedían su dimisión.
"Otegui y ZP la misma mierda es". Un grito televisado de algunos necios convocados por Alcaraz, con asistencia de dirigentes del PP. No se manifestaban contra ETA sino contra el Gobierno. En eso coinciden con la ilegal Batasuna, cuyo líder, Arnaldo Otegui, también culpa al Gobierno, y no a Eta, de la salvajada del sábado 30 en Madrid.
A Zapatero se le podrá acusar de ingenuo o incompetente, pero no de traidor. Se puede y se debe impugnar su método para acabar con ETA -la discrepancia es saludable-, pero no el derecho a intentarlo ni la rectitud de su intención. Endosarle el propósito de rendirse ante ETA solo por seguir en el poder es absurdo ¿Por qué iba ETA a golpear a un Gobierno que tiene a sus pies? Pero sobre todo es inmoral y antidemocrático.
Todo lo cual pretende lamentar esos modos de crítica inclemente y antideportiva contra la política de Zapatero, pero no supone la conformidad del abajo firmante con la operación diseñada por el presidente -el mal llamado "proceso de paz"- para intentar el final dialogado de la violencia. Se le ha venido encima el andamiaje y sólo el es el responsable de haberlo levantado sobre bases tan endebles: fiarse de unos asesinos, no haber concertado el obejtivo con la otra parte (¿"paz" o "solución del conflicto"?) y haberse apoyado en los nacionalistas y no en el PP.
Lo del atentado contra la T-4 ha revelado además un clamoroso fallo en nuestros servicios de información. Cabe preguntarse ahora con qué datos formó criterio el presidente del Gobierno para mostrarse tan optimista como se mostró el viernes, unas horas antes del zambombazo ¿Cómo es posible que no se detectase la ruptura del alto el fuego? ¿Cómo es posible que solo una semana antes el ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, trasladase a la opinión publica la idea de que ETA nos iba a dejar tranquilos estas Navidades?.
En el terreno estrictamente político, con el Gobierno en horas, es la derecha política y mediática la que se ve crecida y lleva la iniciativa del debate. Un debate concentrado en la petición de que Zapatero rompa "el proceso". O sea, que convierta en definitivo su carpetazo provisional al diálogo con el mundo de ETA y Batasuna. Una petición fácilmente eludible con la lógica interna del discurso de Zapatero, que nunca dio el proceso por iniciado, por lo que no se puede romper apenas estaba en "fase preliminar", en palabras del ministro Rubalcaba.
Antonio Casado.