Actualizado 17/03/2007 01:00

Antonio Casado.- Manifestación en Pamplona

MADRID 17 Mar. (OTR/PRESS) -

Es verdad que las medias palabras de Rodríguez Zapatero, si se trata de combatir el delirante órdago de Batasuna sobre Navarra ("Sin Navarra, no hay nada que hacer", dice Otegui), alimentan el discurso preventivo del PP. Pero también resulta a todas luces excesiva la arenga de Rajoy ante los manifestantes del sábado pasado en Madrid, sobre una supuesta negociación secreta de Otegui y Zapatero sobre el futuro de la Nación.

El caso es que, siete días después toca la manifestación número dieciséis de las convocadas o apoyadas por el partido de Rajoy contra este Gobierno. De la agenda política de Génova se cae De Juana Chaos, de momento, y entra Navarra. La cita es en Pamplona. Convoca el mismísimo Gobierno foral, presidido por Miguel Sanz (UPN) y asisten varios dirigentes del PP con Mariano Rajoy a la cabeza y al calor del lema de la marcha: "Navarra no es negociable".

El jueves por la mañana, el presidente declaraba en la radio, por enésima vez, que Navarra será lo que quieran los navarros. "Y lo demás es hablar por hablar", dijo. Amén de invocar un principio democrático de base, Zapatero se refería a la controvertida norma constitucional que prevé la incorporación al País Vasco si los navarros lo ratifican en referéndum a propuesta del órgano correspondiente (Diputación Foral, su parlamento autonómico). Pero tampoco llega a ser la respuesta clara y contundente que reclama el órdago de Otegui cuando viene a decir que sin Navarra no avanzará el llamado proceso de "paz".

Estamos entre agoreros. Si Rajoy nos previene frente a eventuales intentos de traficar con Navarra por debajo de la mesa, también el líder de Batasuna suelta su clarinazo preventivo: "O Navarra o nada". Como este sujeto no ha dejado de ejercer el vicariato político de una banda terrorista y, al mismo tiempo, en su día fue investido como interlocutor necesario, la admonición no debe caer en saco roto. Por eso la ciudadanía espera una respuesta nítida del presidente del Gobierno. Contra incertidumbre, claridad y certeza. Y si no, la marcha del sábado seguirá justificándose sobre una mera conjetura nunca desmentida del todo.

Lo curioso es que las enmiendas a la totalidad de la manifestación vienen de terceros. El más cualificado, Fernando Puras, líder de los socialistas navarros: "Todo se explica por el miedo de UPN a perder las elecciones. Decir que Navarra será objeto de negociación es una patraña". Y el menos cualificado, pero el más significativo, por tratarse de un nacionalista vasco, que siempre reclamó Navarra-, Juan José Imaz, líder del PNV: "Nunca aceptaremos que Navarra sea moneda de cambio en un proceso de paz. Quien lo diga, miente". Sería de agradecer una contundencia similar por parte de Rodríguez Zapatero, pero las medias palabras del presidente siguen alimentando el discurso bronco y preventivo del PP y su terminal autonómica en Navarra (UPN).

Antonio Casado.

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