Actualizado 27/02/2007 01:00

Antonio Casado.- ((Sustituye a la anterior por corrección en titular y cuerpo))

Otegi, al gusto de Moncloa

MADRID, 27 Feb. (OTR/PRESS) -

Qué simpático Arnaldo Otegi. Con la que está cayendo, con la que ha caído sobre las pacientes espaldas de esta sociedad, en forma de asesinatos, coches bombas, chantajes, terrorismo callejero, etc., nos sale ahora el líder del brazo político de ETA con unas declaraciones (La Vanguardia, domingo 25 febrero) en las que, al menos verbalmente pero aún sin condenar la violencia terrorista, pasa por todo y acepta cualquier planteamiento del Gobierno, con tal de volver a la negociación.

Es como si le estuviera diciendo a Zapatero, por segunda vez en los últimos quince días, que está dispuesto a dialogar en el terreno propuesto por Moncloa. Es decir, el de la legislación vigente, el autonomismo, el respeto al Estado, la estricta observancia de las reglas del juego democrático, etc. Eso si, ni una palabra de condena a ETA o de expreso rechazo al terrorismo como medio de hacer política. Lo cual nos hace temer que, como suelen decir en el PP, estemos antes unas declaraciones-trampa.

Declaraciones tramposas sobre todo para el presidente del Gobierno, si bien, de momento, elude entrar al trapo y repite por enésima vez que sin condena "fehaciente" de la violencia no hay nada que hacer. De todos modos, reconoce que en ese discurso encuentra "elementos distintos". Quiere decir que le suena mejor el nuevo discurso de Otegi.

Y tanto, como que prácticamente mimetiza el del propio Zapatero. A saber: "No hay alternativa al proceso", "Hay que ver las cosas con perspectiva", "El proyecto independentista solo se puede construir por vías pacíficas y democráticas", "Hemos de pasar de la confrontación a la seducción", etc. Todas esas cosas las dice Otegi en esta entrevista a "La Vanguardia", aunque las hemos oído antes en boca del presidente del Gobierno.

Eso es lo chocante. Parece Zapatero el que habla. Sobre todo en este pasaje: "El Estado español no tiene que pagar ningún precio político a ETA. Ni tampoco a nosotros. Si asumimos la ecuación de que el fin de la violencia comporta que hay que pagarle precio político a ETA, no habría solución. Eso equivale a plantear la rendición del Estado". El colofón de la parrafada no solo iguala el nivel verbal y conceptual de Zapatero, sino que lo desborda para formular una sentencia que firmaría hasta Francisco J. Alcaraz, ese oscuro personaje que dirige la Asociación de Víctimas del Terrorismo, al sostener que pagar precio político a ETA equivale a la rendición del Estado.

Después del atentado de ETA a la T-4, esta inesperada declaración de principios de Otegi huele a penitencia. Es como si estuviera haciendo los "deberes" impuestos por Moncloa para reconducir el "proceso". Tiene toda la pinta. Pero si el proceso no se reconduce, el otro efecto posible es dejar al Gobierno a los pies de los caballos una vez más.

Antonio Casado.

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