Actualizado 03/02/2007 01:00

Antonio Jiménez.- 18-F. Expectación sin límites

MADRID 3 Feb. (OTR/PRESS) -

La campaña del referéndum para la ratificación del nuevo Estatuto de Andalucía que tendrá lugar el domingo 18 de febrero ha arrancado con una indiferencia y desinterés similar al mostrado previamente por los andaluces durante los debates para su reforma. Si en la mente de algún estupendo estratega de la cosa pública anidó la idea de que en Andalucía no se iba a hablar de otra cosa mas que del nuevo Estatuto de autonomía desde el instante mismo en que se anunció su modificación, el clamor popular suscitado lo dice todo sobre sus dotes para la clarividencia. El inicio de la campaña ha confirmado, en efecto, la expectación descriptible con que ha sido acogido el referéndum del 18-F en la población y también las consecuencias que para el PP habría tenido el haberse quedado al margen de la nueva ley.

Menos mal que Rajoy se decantó en apoyo de Javier Arenas, frente a otros dirigentes populares que no estaban por la labor de entrar en el consenso por un quítame allá la "realidad nacional" aparecida en algún rebuscado documento cordobés del XIX. Rajoy acertó al ejercer su autoridad como presidente y respaldar a Arenas que no quería perder el tren político del Estatuto en el convencimiento de que una negativa del PP al nuevo marco normativo autonómico andaluz sería aprovechado por la maquinaria mediática del "régimen", con Canal Sur a la cabeza, para pasar como una apisonadora sobre los populares. Habrían quedado laminados políticamente durante un cuarto de siglo. No hay mas que ver lo que piensa Gaspar Zarrías del apoyo de los populares al nuevo texto estatutario, "un sí vergonzante, con la boca chica, en el ultimo momento y mas por supervivencia política que por convicción", y lo que dice Chaves, "la derecha no está interesada en el Estatuto, nunca ha estado interesada en Andalucía, ni en el autogobierno", para presagiar el quinario político que habrían pasado Arenas y los suyos de no respaldar el texto autonómico que los andaluces deberán refrendar el 18 de febrero.

Dio igual que a los ciudadanos, en general, les importara una higa la reforma y ampliación del Estatuto de Carmona, y que entre sus preocupaciones y prioridades vitales, sociales, económicas o políticas, no figurara ni en sueños, su modificación. A falta de ideas y proyectos más necesarios, Chaves apeló al recurso fácil de abrir el debate de la reforma del Estatuto andaluz como objetivo y justificación de su quinta legislatura y de paso servir en bandeja a Zapatero la coartada política que necesitaba para justificar su apoyo ciego al controvertido "Estatut" catalán al que estaba obligado por el tripartito y por el apoyo parlamentario que le prestaba ERC. Dicho esto, el nuevo Estatuto andaluz está ahí y los andaluces deberían refrendarlo mayoritariamente en las urnas el próximo 18 de febrero, aunque solo sea por el morbo de comprobar ,como ha prometido Chaves, que con el nuevo instrumento normativo, Andalucía se situará en el pelotón de cabeza de las regiones mas desarrolladas de España y Europa. ¿Le creemos?

Antonio Jiménez.

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