MADRID 1 Dic. (OTR/PRESS) -
Tras haber acabado con ETA (Proceso de Paz), resuelto el problema territorial de España y embridados al fin los separatismos (Estaut de Cataluña y derivados) y conseguida la fraternal unión del género humano (Alianza de Civilizaciones), el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero acomete entusiasta el último reto de sus cuatro años triunfales: el salvamento del Planeta amenazado por el maligno cambio climático que, como todo el mundo sabe, es culpa más que nada del PP.
Uno sabe que en las campañas electorales puede pasar de todo. Es más, es lo que ha de esperarse de los circos. Pero por muy estragada que se tenga la capacidad de sorpresa, ha de reconocer que este año es para estar muy entretenido con el marketing electoral. Si se toma con sentido del humor. Con mucho sentido del humor, porque si uno se lo toma en serio es para cabrearse mucho, ya lo creo.
Lo más divertido es el sello maosita que los estrategas del PSOE ha decidido darle al asunto. Asistimos a un puesta en escena, a la ascensión a los cielos de Z como absoluta, total y global filosofía, como único referente, como exclusivo bagaje y valor, de todo un colectivo, de todo un partido, de toda una opción de voto. Es el "Gran Timonel", el Portador del Anillo para salvarnos del imperio del mal, del señor oscuro, de la tiniebla de Mordor, del terrible Saurón, que lleva bigote aunque se deje barba ahora, que más da una máscara u otra del mal que es, ¿quién puede dudarlo?, el PP.
El culto a la personalidad instalado en el PSOE no tiene parangón con cualquier otro de sus líderes. Ni siquiera el trascendental Felipe González llegó a tales extremos. Pero es que ni Guerra a pesar de "quien se mueva no sale en la foto", condujo al partido a tal grado de acoquinado silencio y de tan reverente sumisión como ha hecho Pepiño sin aportar al menos el grado de inteligencia y sentido de estado que el sevillano tiene y tenía.
Los 50.000 trolls (voluntarios ciberprogresistas les llama), definitivo batallón de refresco para asaltar cualquier posición que se resista y que Blanco ha preparado para inundar incluso el último rincón libre de internet solo han de llevar una consiga. Z. Y después de Z nada, porque el es la última letra, la única mirada y el único mensaje.
Algo debería alguien de pensar. Algo de un posible escenario que no sea el de la victoria y que también es posible. Y ¿si se pierde? Que va a ser del partido. Porque detrás de Z , parece que no haya nada.
Antonio Pérez Henares.