MADRID 18 Abr. (OTR/PRESS) -
El homicida de Virginia era un estudiante residente en el campus de la universidad. Así de escueta se resume la noticia del asesinato de treinta y dos personas por un universitario, sin duda contrariado, que con dos pistolas que recargaba sistemáticamente disparó durante más de dos horas en una situación confusa que las autoridades policiales que investigan el suceso no han sido capaces de precisar todavía. Un horror que pone una vez más a la sociedad norteamericana frente a la violencia que tiene en su seno.
Estados Unidos tiene recogida en la segunda enmienda de su Constitución el derecho de los ciudadanos a portar armas de fuego. La tradición que acoge esta disposición legal crea una espiral diabólica en la que la existencia de delitos promovidos con armas de fuego motiva que las personas caigan en la tentación de disponer de éstas, lo que a su vez promueve su uso. No es ocasional que cuando alguien siente que no puede más acuda a las armas más próximas y las utilice. Hay matanzas que se han hecho leyenda y, sin duda, alimentarán las sucesivas. La de la Universidad Virginia Tech ha batido todos los récord históricos. Sin duda no será la última.
No hay un registro preciso de armas de fuego en manos de civiles en los Estados Unidos. Se calcula que son más de doscientos millones de pistolas, revólveres, rifles y armas de guerra que, en la mayoría de los estados, pueden ser adquiridas con un ligero trámite en el que no tener antecedentes penales es la única condición exigida por las autoridades para ejercer el derecho constitucional a poseer un arma.
A pesar de que la interrelación entre los parámetros de delitos violentos, número de presos, aplicación de la pena de muerte y permiso para comprar armas forman un entramado que retroalimenta a una de las sociedades más violentas del mundo, los dirigentes políticos siguen sin tomar posiciones frente a la libertad de venta de armas porque entienden que es una costumbre tan arraigada en los Estados Unidos que enfrentarse a ella tendría negativas influencias electorales.
Estados Unidos es una mixtura de una de las sociedades más avanzadas con algunos lastres arcaicos que determinan que la dureza de la ley, la violencia y una de las poblaciones reclusas proporcionalmente más grande nos inviten a dudar de la solidez de ese sistema de vida.
Carlos Carnicero.