MADRID 1 Oct. (OTR/PRESS) -
A tres meses de que acabe el año, los analistas no se ponen de acuerdo en el pronóstico para el cierre del ejercicio. El Ibex ha roto esta semana una racha de caídas más que larga. Sin embargo, pocos apuestan por la tranquilidad en los mercados. La crisis de confianza y de liquidez está ahí y nadie sabe cuándo se verá el fin y su incidencia verdadera sobre las cuentas de resultados de la banca y su impacto en la economía real. Más aún en nuestro país que ha financiado el crecimiento económico con dinero exterior. La volatilidad va a volver a los mercados. La reunión del BCE va a marcar sin ninguna duda el pensamiento y el quehacer de los inversores. Es poco probable que el organismo europeo toque los tipos de interés actualmente en el 4 por ciento, pero nadie duda de que puede ser una decisión coyuntural no sólo por el alcance de la crisis financiera sino también por la evolución de la inflación debido al alza de los precios del petróleo y otros productos de consumo como los cereales.
En este contexto, la prudencia sigue marcando el sentimiento inversor. En nuestro país han vuelto rumores de opa, Endesa saldrá momentáneamente del índice hasta que concluya la opa de Acciona y la pública italiana Enel y empezarán a conocerse resultados empresariales. Las incertidumbres pesan sobre la economía norteamericana y también sobre la europea y esto lógicamente marcará el rumbo. Dinero sigue habiendo y los índices reaccionan, pero las incertidumbres son también muchas. Las bolsas no han reaccionado todo lo mal que cabría esperar, pero aún el futuro no está ni mucho menos despejado y los altibajos, el tobogán está garantizado al menos en los próximos meses. Parece que ya se ha más que absorbido la bajada de tipos de interés en Estados Unidos y habrá que estar atentos a multitud de variables macroeconómicas. La paciencia y la resistencia vuelven a ser una semana más el mejor consejo para los inversores.
Carmen Tomás