MADRID 10 Dic. (OTR/PRESS) -
La bolsa española sigue sin querer apearse del burro. Parece que se confirman los presagios de los que creen que seguirá así hasta que cierre el año y los fondos de inversión cierren cuentas. El lunes arrancará desde los 15.800 puntos que conquistó el viernes gracias a los datos de empleo procedentes de Estados Unidos. Unos datos que en principio alejan el fantasma de la recesión. Sin embargo, como todos los datos económicos tienen un lado malo y es que en este caso aleja las probabilidades de que la Reserva Federal baje los tipos de interés.
La semana estuvo marcada en Europa por la decisión del BCE de no tocar el precio el dinero, aunque el comunicado deja claro que las tensiones inflacionstas son muy elevadas y no se descarta una nueva subida de los tipos de interés. De hecho, en la reunión hubo voces a favor de que se subieran. La papeleta es gorda para el BCE, ya que su papel es ser guardián de la inflación y no del crecimiento económico. Obviamente, en este momento a los gobiernos les preocupa también y especialmente la desaceleración económica que está provocando la falta de crédito. De ahí las presiones al BCE para que en ningún caso suba los tipos y a poder ser haga lo contrario.
También esta semana se conoció un nuevo informe de la OCDE en el que realmente no sale muy parada la economía española. Para este organismo, la desaceleración de la economía se hace más patente y prevé que el PIB español crezca en 2008 un 2,5 por ciento, dos décimas menos de lo que había previsto en su último informe. La OCDE recomienda al Gobierno español afrontar algunas reformas para lograr que el impacto sea menor. El organismo habla de paro y de que la crisis crediticia afectará especialmente a España por el parón del sector inmobiliario, una de las patas fundamentales de su crecimiento.
Entretanto, el Gobierno sigue hablando de crecimiento y de que todo va bien, aunque noviembre fue un mes malo para el empleo en los sectores de la construcción y de los servicios. Veremos cómo todo este panorama gris afecta a los inversores de momento preocupados únicamente por el cierre del ejercicio.
Carmen Tomás