MADRID 5 Sep. (OTR/PRESS) -
Vuelve uno de vacaciones y comprueba que hay cosas que no cambian. El Gobierno no decía la verdad a los españoles sobre la situación económica y ahí sigue instalado. No sólo el presidente del Gobierno dice cosas absolutamente extravagantes sino que el vicepresidente económico le sigue en sus memeces. No hace mucho decía el presidente del Gobierno que la crisis de las hipotecas en Estados Unidos no iba a afectar a España de ninguna manera. Bien, pues no hay analista que se precie que no diga lo contrario. Es más, algunos aseguran que el que piense que si muchos norteamericanos dejan de pagar su hipoteca no nos afecta no tiene ni idea de qué va esto de la internacionalización y globalización de la economía. Máxime si tenemos en cuenta que en nuestro país la ralentización del sector de la construcción, uno de los motores en los últimos años del crecimiento, es ya un hecho incuestionable, como el aumento de la morosidad, la caída de los precios de las viviendas o el parón de las obras. No digamos ya si a todo ello le unimos la subida bastante apreciable que han experimentado los precios de algunos productos básicos de la cesta de la compra y las que se esperan de aquí a final de año. Bien, pues Solbes que sí, pero no. En su línea de esconder la realidad para salvar la cara hasta el fin de la legislatura.
No ha sido la única, aunque grave, declaración engañosa que ha hecho el presidente del Gobierno. Decía este fin de semana que España va a ser en breve el país de Europa con más kilómetros de autovía. Se pueden prometer o asegurar muchas cosas, pero esta precisamente no. No estaría mal que el presidente del Gobierno además de hablar de pensiones y de terrorismo, asuntos por los que no ha dejado de criticar a la oposición por utilizarlos, de igualdad y de política social, se diera una vuelta por algunos países de Europa y conociera la red de carreteras, de allí y de aquí.
Creo que la etapa en la que se podía tomar por tontos a los españoles un día sí y otro también ha pasado a la historia. Ya hemos visto los desastres que se han montado este verano en Cataluña, y el Gobierno de vacaciones y que sin duda pasarán factura a unos y otros. Cuanto más tiempo se tarden en reconocer los problemas y se piense en soluciones más grande será la caída. Es decíamos antes del verano cuestión de tiempo. Seguimos en las mismas.
Carmen Tomás