MADRID 7 Sep. (OTR/PRESS) -
La esperada comparecencia del presidente del BCE en la que anunciara medidas de estímulo se produjo y los mercados reaccionaron positivamente. No todo el mundo está de acuerdo con las decisiones tomadas por Mario Draghi: tipos de interés al 0,05 por ciento y un programa de compra de bonos a partir de octubre para reactivar el crédito. En todo caso, el resultado ha sido una subida del IBEX del 4,3 por ciento en la semana, la mejor desde enero, un bono a 10 años que cotiza al 2,05 por ciento y la prima de riesgo en 111 puntos. Los bancos lideraron las dos últimas jornadas que alzaron el selectivo español hasta casi los 11.150 puntos. En general, se piensa que los temores que durante los últimos meses han atenazado a los inversores pueden despejarse con el anuncio del BCE. En definitiva, se trata de estimular el crédito, aumentar la inflación y por ende un mayor crecimiento de la zona euro.
La mayoría de los analistas fueron sorprendidos con la bajada de tipos y opinan que las decisiones de Mario Draghi van a ser un revulsivo para la economía europea, pero sobre todo para las bolsas. Muchos son los que apuestan por un IBEX en los 11.500 a finales de año. También algunos se inclinan por pensar que Draghi se ha guardado bajo la manga la posibilidad de compra de deuda soberana, un cartucho que utilizaría más adelante. De hecho, el presidente del BCE reconoció que se había debatido en la reunión.
Para España, son muchos los analistas que piensan que estas medidas pueden ser especialmente positivas y que habrá que sumar a las últimas decisiones tomadas por el gobierno central y algunos autonómicos, como el de Madrid y Castilla-La Mancha, tanto las que tienen que ver con los impuestos y con el fomento del empleo. En los últimos días, el gobierno de Cospedal anunciaba una rebaja en el tramo autonómico del IRPF, el de Ignacio González de apoyo a la contratación y el consejo de ministros planes para ayudar a parados de larga duración y jóvenes. Además, se aprueban cambios en la formación y en los servicios públicos de empleo. El objetivo es claro, hay que lograr que los cambios en el mercado de trabajo sigan produciendo buenas noticias que se acaben concretando en puestos de trabajo para los más de cuatro millones de desempleados que aún llenan las listas del paro.