Actualizado 05/12/2008 01:00

Cayetano González.- Menos palabras, más hechos

MADRID 5 Dic. (OTR/PRESS) -

Si mañana, Dios no lo quiera, ETA volviera a asesinar a otro empresario, a un político, a un policía, a un juez, o a cualquier persona, en el País Vasco o en otro punto de España, ¿tendríamos que tener que volver a soportar los ciudadanos la retahíla de condenas por parte de los partidos políticos e instituciones, tan huecas y manidas como las que hemos oído tras el asesinato del empresario Ignacio Uría en Azpeitia?

La sociedad está muy harta y lo que quiere es que quien tiene capacidad para ello, pase de las palabras a los hechos. Y estos son muy claros y concretos. Cada día que pase sin que el Estado de Derecho con el Gobierno a la cabeza no expulse de los Ayuntamientos vascos y navarros y del Parlamento Vasco a quienes representan en esas Instituciones a ETA, será un auténtico escarnio para todos.

Cada día que pase sin que el Alcalde de Azpeitia, de ANV, y al resto de concejales de esta formación política -declarada ilegal por el Tribunal Supremo al formar parte del entramado de ETA- que no han condenado el último atentado de la banda terrorista sean desposeídos de sus cargos, será un fracaso de todos. Cada día que pase sin que se impida que los 42 Ayuntamientos en los que ANV tiene representación en el País Vasco y Navarra reciban un solo euro de los 31 millones que les corresponden por las ayudas que el Gobierno ha aprobado destinar a los Consistorios para paliar los efectos de la crisis económica, será algo más que una burla.

Quien mas debería aplicarse con urgencia y con contundencia a esa tarea es el Presidente del Gobierno, porque conviene recordar que fue él y sólo él, aunque es verdad que con la inestimable ayuda de su Fiscal General, Cándido Conde Pumpido, quien permitió que las diversas franquicias de ETA -el Partido Comunista de las Tierras Vascas y ANV- pudieran presentarse a las elecciones autonómicas vascas de abril del 2005 y en las municipales de mayo del pasado año. En ambos casos se trató de una vergonzosa concesión política de Zapatero a ETA para que su mal llamado "proceso de paz" pudiera avanzar. De aquellos polvos vienen estos lodos. El Presidente, por una deuda moral con las víctimas y con toda la sociedad española, está obligado a rectificar cuanto antes aquel grave error.

Como también resulta intolerable que todavía se mantenga vigente la resolución aprobada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005 a instancias de Zapatero en la que se autorizaba al Gobierno a negociar con ETA. ¿Por qué el Presidente y el PSOE se resisten tanto a derogarla? Vuelvo al comienzo de este artículo: menos palabras y más hechos. Está muy bien que todos los políticos, con la excepción de Rosa Diez, repitan como papagayos lo de la "unidad de los demócratas". ¿Unidad para qué? Si es para derrota a ETA, bienvenida sea, pero si es para otra cosa, que se queden con ella. Menos mal que en la lucha antiterrorista, como decía Mario Onaindía, todavía nos queda la Guardia Civil.

Cayetano González.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

Políticos, ¡convertíos!

Foto del autor

Fernando Jáuregui

La interesante 'doctrina Armengol'

Foto del autor

Victoria Lafora

Hoy se zurran, mañana pactan

Foto del autor

Carmen Tomás

30.000 millones de gasto en un mes