Cayetano González.- Bajo nivel.

MADRID 23 Nov. (OTR/PRESS) -

La campaña con motivo de las elecciones autonómicas que se celebrarán en Cataluña el próximo domingo no pasará precisamente a la historia de las contiendas electorales por su rigor, seriedad y solvencia, por el debate de proyectos e ideas, sino que en la retina de "todos", es decir, de los pocos ciudadanos que siguen estas cuestiones, quedarán grabados un conjunto de videos, cada uno más zafio que el anterior, que ponen en evidencia el bajo nivel que impregna en la actualidad a la clase política en general y a la catalana en particular.

Luego, que no se quejen los políticos que encuesta tras encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, aparezca lo que se viene en denominar la "casta" política como el segundo problema para los ciudadanos, tras la crisis económica. Todas las generalizaciones son injustas, pero una buena parte de esa "casta" política no deja de hacer méritos para ocupar ese lugar tan destacado en el ranking de las preocupaciones ciudadanas.

En el caso de Cataluña, las paradojas y las contradicciones son muy llamativas. Resulta que los dos partidos nacionalistas, CIU y ERC, y su apéndice, el PSC, han estado durante los últimos cuatro años dando a todo el mundo la "matraca" con el nuevo Estatuto de Autonomía y amenazando con todo tipo de acciones en caso de que el Tribunal Constitucional lo echara para atrás en su sentencia. Ahora, en esta campaña, ninguno de ellos habla del Estatuto. Tampoco lo hace el partido, el PP, que presentó el recurso contra el texto estatutario. No, en la campaña, unos, el PSC, se dedican a sacar un video donde se representa un orgasmo; el otro, CIU, donde los "españoles" roban la cartera a los catalanes y el de mas allá, el PP, otro donde se agrede a unos inmigrantes. Por no hablar de las también zafias manifestaciones del candidato de ERC, Joan Puigcercós, hablando del paraíso fiscal que es Madrid y asegurando que en Andalucía "no paga ni Dios". Ese es el nivel de la campaña electoral en Cataluña.

Algunas previsiones demoscópicas apuntan a una abstención en las elecciones del domingo en Cataluña cercana al 50 por ciento y a un voto en blanco en torno al 10 por ciento. Si cerrados los colegios electorales se confirman esos porcentajes, estaríamos ante la constatación de una sonora bofetada de los ciudadanos a los políticos y a este sistema partitocrático que nos ha tocado sufrir. Lo de menos sería entonces quién ganase las elecciones y quién tendría que gobernar en Cataluña en los próximos cuatro años, que parece claro que en ambos supuestos va a ser CIU y su candidato, Artur Mas. Lo de más, y perdón por la redundancia, sería la constatación de una "casta" política cada vez mas alejada de los ciudadanos y de los verdaderos problemas de estos.