MADRID 28 Dic. (OTR/PRESS) -
El profesor Francisco Llera, fiel a su cita, ha hecho público el último sondeo de opinión antes de las elecciones vascas. Para estos comicios quedan poco más -o menos- de tres meses y de los datos obtenidos se desprende que el actual tripartito formado por PNV, Eusko Alkartasuna e IB de Madrazo no alcanzaría, en principio, la mayoría suficiente para reeditarse a sí mismo. De acuerdo con esta encuesta, el PNV, con más votos que el PSE, podría verse a bocado a un empate en escaños con los socialistas, que si se mantienen las expectativas podrían gobernar con el apoyo del PP.
Todo esto es teoría, muy teoría, pues las horquillas que quedan abiertas son muy significativas. No es lo mismo que Eusko Alkartasuna obtenga 2 que cinco escaños; ni que el PP se quede en trece o alcance los quince escaños. Pero es que, además, está la incógnita real y muy difícil de trasladar a papel de qué ocurrirá con la izquierda abertzale, hoy presente en el Parlamento vasco bajo las siglas PCTV. Esta formación, ahora declarada ilegal, tiene, nada menos, que nueve escaños. Si no hay siglas a las que la izquierda abertzale pueda acogerse, en principio esos nueve escaños quedarían huérfanos y sometidos al reparto entre las fuerzas políticas que acuden a las urnas.
Hay en Euskadi demasiadas incógnitas como para realizar de antemano una posible radiografía electoral. Solo hay un hecho cierto y asumido por todos y es que el PNV seguirá siendo la primera fuerza política. Si esto es así, que lo es, resulta muy aventurado hablar de cambio en Euskadi. Si, efectivamente, hubiera esa pulsión de cambio, que cuando se produce es fácilmente detectable, resultaría sorprendente que, al mismo tiempo que se quiere el cambio, la fuerza a la que se pretende sustituir continuara en el primer puesto del ranking. Más fácil resulta hablar de cambio si por tal se entiende una coalición entre nacionalistas y socialistas, que es la mejor manera de perpetuar al nacionalismo en el poder.
Todo indica que el PSE va a ver mejorados sus resultados de hace cuatro años. Es un hecho histórico que la fuerza que gobierna en España salga primada en las autonómicas, pero son muchos los socialistas en Madrid que creen que "también allí la crisis nos puede pasar factura". En cualquier caso, las expectativas socialistas son razonables pero es muy pronto para cantar victoria.
Ha ocurrido siempre en el País Vasco que todos los nacionalistas que no están ni son del PNV, a la hora de la verdad nada les da más miedo que deje de estar en el poder. El PNV nunca ha dejado de ser "la casa del padre" y a la hora de la verdad la solidaridad funciona. Funcionó en el 2001, cuando Herri Batasuna "prestó" a Ibarretxe 80.000 votos ante el riesgo cierto que supuso el entendimiento Redondo-Mayor Oreja. Y volverá a funcionar ahora, si se detecta que el PNV está en riesgo.
Mientras tanto, Patxi López no quiere hablar de pactos. Su desiderátum sería gobernar en minoría con apoyos más o menos estables de otras fuerzas políticas. El PP le va a ofrecer su apoyo, pero no para que se apoye en el PNV. Si los votos dan para ello, será el PSE el que se encuentre en la encrucijada de tener que elegir y esto será en el mejor de los supuestos para los socialistas.
Aún a riesgo de equivocarme, creo que la pulsión de cambio real en el País Vasco es más que discutible. Creo que la solidaridad nacionalista va a volver a funcionar y creo que, aunque sea por la mínima, volverá a gobernar un tripartito nacionalista. Lo que si pueden descartar con certeza es que el PSE se lance a aventura alguna con el PP; o dicho de otra manera, "sólo" con el PP.
El profesor Llera es un hombre riguroso, que trabaja con el material que le proporcionan los ciudadanos; pero ni el profesor Llera ni ningún otro profesor puede trasladar al papel lo que más predomina en Euskadi, que no es otra cosa que el silencio.
Charo Zarzalejos.