Actualizado 01/10/2007 02:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Ganar, "como sea"

MADRID 1 Oct. (OTR/PRESS) -

La diferencia entre la derecha y la izquierda se ha vuelto tan borrosa que apenas las separan cuatro tópicos. Bajar los impuestos, que siempre ha sido de derechas, ahora es también de izquierdas; y con las subvenciones igual, pero al revés, toda la vida pensando que la cultura de la subvención era cosa de la izquierda, y ahora resulta que es también cosa de la derecha liberal. Antes de darse a ganar dinero como otros se dan a la bebida, el ex canciller socialdemócrata alemán Gerhard Schröeder declaró en una entrevista que, sobre todo en economía, la diferencia entre la derecha y la izquierda ya no era el "qué" si no el "cómo". No "qué hacer" con nuestros impuestos en función de sus respectivas ideologías, sino "cómo hacer lo que hay que hacer, en el bien entendido de que en nuestro mundo global lo que hay que hacer ya no lo deciden los gobiernos que elegimos en las urnas sino los mercados de capitales"

Esta declaración de Schröeder me ha parecido durante mucho tiempo demasiado cínica; algo propio de un tipo capaz de saltar sin solución de continuidad alguna de la más alta magistratura política de un país a forrarse en la empresa privada, como hizo él; una exageración interesada de un desvergonzado que utilizó su cargo público para asegurarse ingresos millonarios "privados" cuando las urnas le dieron la espalda. Mi juicio sobre el personaje no ha cambiado; pero la puja que están protagonizando la izquierda y la derecha española por el voto en general y sobre todo por el "voto de los pisos" me tiene tan escandalizada que empiezo a pensar que esta declaración de Schröeder que a mí me pareció tan cínica igual no lo es tanto; y que el problema -mi problema- es que yo soy una ingenua

La vida no es solo economía, pero, eso es lo que más preocupa en las encuestas. Y, en pos del voto, la derecha y la izquierda apelan cada vez menos a nuestras ideas y cada vez más a nuestros bolsillos. No solo en elecciones, pero especialmente cuando como ahora hay elecciones, la diferencia entre el programa económico de, por ejemplo el PSOE y por ejemplo el PP, por citar los dos partidos con capacidad real de gobernar, se ha vuelto imperceptible; intenten si no averiguar la "paternidad" de cada oferta tapando "la gaviota" o "el puño y la rosa". ¿A que cuesta...? El "cómo" en vez del "qué" es lo único que, en mi opinión, obsesiona por igual a la derecha y a la izquierda, bien es verdad que con un "matiz" respecto al planteamiento del desvergonzado alemán: no "cómo hacer lo que hay que hacer", sino, pura, simple, llana, abiertamente, casi obscenamente: "cómo" ganar.

Consuelo Sánchez-Vicente.

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