MADRID 18 Oct. (OTR/PRESS) -
Esta semana asistiremos al que dicen que es el debate más importante del año en cualquier país normal, el de los Presupuestos del año que viene. Habrá que repetirlo una vez más: debería serlo. Cómo allegar los fondos que necesita nuestro país para pagar las facturas y cumplir los compromisos que nos han impuesto los mercados, Obama y la UE, es la prioridad. Me matizo de nuevo: debería serlo. La política que nos interesa es la que influye y condiciona nuestras vidas, la que se teje con alternativas viables y soluciones creíbles a los problemas, el paro adulto y joven (esa sangría), la economía que no arranca, la galopada de la pobreza en los suburbios de nuestras ciudades, ya saben. No la palabrería barata. Pero, ¿podemos confiar en que el intercambio de propuestas e ideas para salir de la crisis centrará el debate presupuestario que empieza este martes?
Con perdón por la crudeza, aquí quien tiene que rendir cuentas y retratarse es el Gobierno, y yo, confiar que lo hagan, pues no confío; o sí, pero como quien juega a contar nubes o charcos, por matar el rato. Y si para algo no estamos ya en este país es para perder más tiempo. Que me gustaría equivocarme es lo único seguro. Aunque sea cierto que estamos ya de vísperas electorales y eso tiene sus ritos, hay que ordenar las prioridades, y el abc de la democracia, lo responsable, es que a los gobiernos se les vota es para que gobiernen y trabajen todo el rato con la vista puesta en las necesidades de la gente, y no en su propio autobombo ni otras miras que su propia reelección
Claro que los partidos tienen que hacer sus campañas, no me he caído de un guindo, pero yo hablo del gobierno. De este Gobierno. Con una ruina como la que tenemos encima me parece a mí que a Zapatero hay que exigirle dedicación plena y responsabilidad a tiempo completo hasta el final de la legislatura. Seamos exigentes. Que el presidente saque pecho mitinero como este fin de semana para llamar vago a Rajoy y asegurar que el PSOE conseguirá darle la vuelta a las encuestas en las urnas, da para el chisme, pero, ¿qué arregla?, ¿de qué le sirve a la economía, a los cuatro millones y medio de parados, a los que ya han perdido el derecho a cualquier subsidio, a los que solo el atasco de la Justicia libra aun del desahucio de su casa, o a ese más de millón y medio de hogares españoles en los que ya hace tanto que no entra ningún sueldo?