Kioto tiene un precio

Hay mucha broma y mucho chiste fácil con el "nuevo contrato del hombre con el planeta" que propone Zapatero contra "el desafío más grave que se cierne sobre la vida en la Tierra, el cambio climático".

Nos cuesta imaginar que la mano del hombre sea capaz de derretir el Polo Norte, o -por hablar de España - de empujar las aguas del mar 70 metros tierra adentro, tal como auguran que podría ocurrir dentro de 50 años en la Costa Brava, Baleares o el sur de Canarias los "15 expertos de Zapatero" sobre cambio climático. ¿Exageran? Si, y no.

Este escenario tan apocalíptico es solo la más pesimista de las proyecciones sobre cómo podría afectar a España el cambio climático que han elaborado los quince expertos del presidente, pero es, también, una denuncia más, una voz más de alarma, de lo que podría ocurrir si seguimos volviendo loco al clima con nuestros "malos humos"

Todos tenemos experiencia directa y cotidiana de alguna "rareza" del clima. Lluvias torrenciales en verano, sequías casi bíblicas en invierno, floraciones "primaverales" en otoño, aves que se establecen entre nosotros en lugar de migrar...

El calentamiento global no es "culpa", evidentemente, del hombre, si no un fenómeno natural del planeta. Lo que denuncian "los expertos de Zapatero", Al Gore, la ONU y los científicos más conscientes de todo el mundo es que, por culpa, por ejemplo, de la emisión incontrolada a la atmósfera de gases de efecto invernadero, en vez de durar siglos, como duran los cambios de ciclo climáticos, el actual ciclo de calentamiento global podría producirse en apenas unas décadas, con efectos catastróficos para la humanidad

Si nos fijamos en los datos, hay que decir que el PP tiene razón en que a Zapatero se le va la fuerza "ecologista" por la boca. La España de Zapatero no es precisamente un ejemplo de control de emisiones nocivas.

Según la ONU, en 2005 batimos el récord europeo de incumplimiento del protocolo de Kioto, y la UE prevé que en 2010 seguiremos siendo el país más contaminante de los 25 socios europeos junto a Portugal. Lo de 2005 ya no tiene arreglo, pero el pronóstico de 2010, sí.

Cambiar el modelo energético (somos el país de la UE más dependiente del petróleo) es, según Zapatero, el secreto para cumplir con Kioto. Pero, ¿se puede cumplir Kioto y mantener nuestro nivel de desarrollo sin recurrir a la energía nuclear? Esta es la gran duda razonable.

Incentivar el uso de energías renovables y tecnologías limpias y educar y concienciar a los ciudadanos en el ahorro responsable y respetuoso con el medio ambiente, es necesario. Pero, ¿basta con esto para cambiar el "modelo energético y de producción"? Demasiado bonito...

Consuelo Sánchez-Vicente.