- Se alojaban en hoteles de lujo y compraban en establecimientos exclusivos productos encargados desde su país
VALLADOLID, 21 Feb. (OTR/PRESS) -
Una semana después de que el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado diera cuenta de la desarticulación de una red rumana de falsificación de tarjetas de crédito con más de 400 detenidos desde septiembre, que tenían base en España y que operaba en toda Europa, la Policía Nacional anunció hoy la desarticulación de otra trama similar, con 29 detenidos de la misma nacionalidad en Barcelona y Valladolid, que actuaban a través de tres talleres que han sido desmantelados. Los falsificadores se alojaban en hoteles de lujo que pagaban con estas tarjetas y también compraban en tiendas exclusivas productos de alta gama, en ocasiones encargados desde Rumania.
La red fue desmantelada tras una investigación desarrollada en Valladolid y Barcelona y en la que se arrestaron a 29 personas, todos ellos de nacionalidad rumana y se realizaron una decena de registros. La Policía llegó hasta la red gracias a una investigación paralela que se resolvió en los primeros días de este mismo mes en la Ciudad Condal y que concluyó con otros 11 detenidos y tres talleres más desmantelados.
Para llevar a cabo sus estafas, la organización criminal contaba con la colaboración diversos proveedores de numeraciones en España, así como en Estados Unidos, Ucrania y Rumania. Éstos lograban, a través de diversos medios, los datos de las tarjetas de crédito sin que, en la mayoría de las ocasiones, se detectara su copiado hasta el momento en que se habían realizado numerosas operaciones fraudulentas. Mientras, los proveedores de numeraciones contactaban a su vez con otras personas que, mediante el uso de los dispositivos electrónicos e informáticos adecuados, operaban y materializaban las falsificaciones sobre los soportes adecuados que otorgaban apariencia real a las falsas tarjetas.
Una vez completado el proceso de falsificación, las tarjetas eran distribuidas entre diferentes personas del equipo que actuaban como 'pasadores'. Éstos realizaban las compras en establecimientos comerciales e incluso extraían dinero en efectivo de cajeros automáticos. Adquirían efectos electrónicos de elevado valor, así como bolsos, ropa y joyas de marcas exclusivas, en algunas ocasiones encargados desde Rumania.
EL PRIMER LECTOR DE TARJETAS DE CHIP INCAUTADO EN ESPAÑA
Estos grupos desarticulados se caracterizaban también por otro tipo de delitos tales como la falsificación de documentos de identidad, las estafas bancarias a través de métodos como el 'phising' (suplantación de una identidad bancaria en Internet), además de actividades relacionadas con el favorecimiento de la prostitución y el tráfico de estupefacientes.
En la operación se intervinieron tres lectores grabadores de tarjetas de crédito, un lector de tarjetas de crédito para memorizar numeraciones, un lector para tarjetas de chip (el primero que se incauta en España), 300 tarjetas de crédito falsificadas, elementos y útiles para la falsificación de moneda y documental, 15.400 euros en efectivo, 540 libras esterlinas, numerosos documentos de identidad falsificados y gran cantidad de documentos bancarios para cometer estafas, así como numerosos efectos de elevado valor adquiridos con las tarjetas.