- Los imputados se ríen ante la pregunta del abogado de la AVT de si iban a parar en la finca donde se fabricaron las bombas del 11-M
MADRID, 1 Feb. (OTR/PRESS) -
Los explosivos que transportaba ETA en la denominada 'caravana de la muerte' eran para colocar una furgoneta-bomba en Madrid. Así lo reconocieron de forma implícita Irkus Badillo y Gorka Vidal, dos de los arrestados como integrantes de esta caravana al tratar de exculpar al tercero de los imputados Beñat Barrondo. El abogado de este último le preguntó a Vidal si su defendido conocía la pretensión del comando de atentar en Madrid, a lo que respondió que "Barrondo no sabía nada de la colocación de la furgoneta". Por su parte el abogado de la AVT no dejó pasar la ocasión de preguntarles si en su ruta tenían previsto parar en la finca de Morata de Tajuña, en la que los islamistas elaboraron las bombas que utilizaron en el 11-M.
Hoy arrancó en la Audiencia Nacional el juicio contra los tres imputados por la llamada 'caravana de la muerte' que fue interceptada por la Guardia Civil el 28 de febrero de 2004 en Cuenca. La fiscal pide para cado uno de los tres encausados -que integraban el 'comando Gaztelu' en memoria del etarra Salvador Gaztelumendi Gil- 39 años de prisión por un delito de pertenencia a banda armada, dos delitos de terrorismo en grado de tentativa y un delito de tenencia y transporte de explosivos. En la sala había numerosos familiares y amigos de los imputados con los que intercambiaron saludos y más de una sonrisa.
Badillo y Vidal reconocieron su pertenencia a ETA e intentaron exculpar al tercer procesado por estos hechos, Beñat Barrondo. Reconocieron que cuando fueron detenidos su intención de colocar una furgoneta bomba en una zona industrial de Madrid pero señalaron que el tercero de los imputados no sabía nada de eso. "Barrondo no sabía nada de la colocación de la furgoneta", afirmó Vidal que antes explicó que éste había manifestado meses atrás al entonces jefe de "comandos" de ETA Gorka Palacios que quería abandonar la organización terrorista, por lo que desconocía sus planes para atentar en la capital.
TAMBIÉN EN BAQUERIA
Incluso antes de planear su acción en Madrid, este comando se planteó atentar en la estación de esquí de Baqueira-Betet, en Lérida. Vidal explicó ante el tribunal que se reunió en tres ocasiones en Francia con Palacios. En una primera reunión hubo un primer contacto con el jefe de "comandos", quien les ordenó recabar información sobre la estación de esquí.
En la segunda cita, Barrondo manifestó a Palacios que quería abandonar ETA, mientras que él recibió un cursillo de manejo de explosivos. Barrondo reconoció al tribunal que tras dos semanas en la banda decidió abandonarla por que "no estaba preparado ni tenía valor para hacer las cosas que ahí sé hacían". "Pensé que era una idea muy bonita, pero en la segunda cita vi la realidad en la que me había metido", reconoció.
Vidal admitió que estuvo recabando información en dicha estación de esquí para cometer un atentado en las navidades, pero que tuvieron que desistir de ello por el fuerte temporal. Sobre este atentado, aseguró que Barrondo no tuvo ninguna intervención en la obtención de datos. El otro de los imputados, Badillo -que sufrió un accidente cuando iba en el coche lanzadera delante de la furgoneta-bomba que conducía Vidal-, respaldó las versiones de sus dos compañeros y reiteró que Barrondo no conocía sus intenciones de atentar en Madrid.
PARADA EN MORATA DE TAJUÑA
Pese a que Vidal manifestó su intención de no responder a las preguntas de la acusación, el abogado de la acusación popular que ejerce la AVT, Juan Carlos Rodríguez Segura, le preguntó si dentro de su itinerario hacia Madrid "tenía previsto hacer una parada en la finca de Morata de Tajuña", en la que los islamistas prepararon los artefactos explosivos utilizados en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Una pregunta a la que los tres imputados respondieron riéndose.
Cuando los Tedax interceptaron la furgoneta que conducía Vidal encontraron un cajón metálico de color negro que contenía un complejo artefacto explosivo compuesto por 506 kilos de explosivo casero 'cloratita', 30 kilos de dinamita de la marca Titadyn de fabricación francesa y 90 metros de cordón detonante de 12 gramos por metro de pentrita, también de fabricación francesa.
En la guantera del vehículo los agentes intervinieron un envase de plástico color verde con la inscripción 'detoak', que contenía un artificio electrónico compuesto por cables y clavijas, y además se encontró un mapa de España con el itinerario marcado y manchado de sangre, un plano de Madrid con diversos puntos señalados y un plano del Pirineo.