Actualizado 18/06/2007 20:46

Crónica Internacional.- Un bombardeo de EE.UU. mata a siete niños al este de Afganistán

- El mando estadounidense se declara "entristecido" y acusa a Al Qaeda de utilizar a las víctimas como escudos humanos

KABUL/MADRID, 18 Jun. (OTR/PRESS) -

El último bombardeo de Estados Unidos sobre territorio afgano ha vuelto a cobrarse la vida de civiles inocentes. En esta ocasión, en el distrito de Zarghun Shah, en la provincia de Pakitka -al Este del país- donde la aviación estadounidense se cebó con una mezquita y una madrassa (escuela islámica) tras recibir informaciones "creíbles" de que una "actividad vil ocurría en el lugar". El resultado fueron siete niños de entre 10 y 16 años muertos, víctimas de un conflicto de las que el mando estadounidense se siente "entristecido", pero de las que culpa a Al Qaeda, por utilizar a la población civil como escudos humanos.

Con el bombardeo de esta madrugada ya son tres las masacres civiles que el Ejército estadounidense provoca en Afganistán. A finales de abril, la aviación de EE.UU. ya provocó la muerte de 51 civiles en la provincia de Herat -al Oeste del país- en la zona que tienen asignada las tropas españolas bajo el mando de la ISAF. Tan sólo unos pocos días más tarde, a principios de mayo, otros 21 civiles perdían la vida en una operación la provincia de Helmand -al Sur. De momento, la única defensa que ha obtenido el pueblo afgano es la del presidente del país, Hamid Karzai, que calificó los hechos de "inaceptables".

En esta ocasión, la operación de barrido aéreo contaba con el respaldo de las tropas afganas, después de que las tropas estadounidenses detectaran que "actividad vil ocurría en el lugar". Según un portavoz del Ejército de EE.UU., mayor Chris Belcher, las tropas de la coalición realizaron labores de rastreo en el lugar y "no detectaron indicios de que hubiese niños" dentro de alguno de los edificios, que comprendían una mezquita y una madrassa. El bombardeo que arrasó los edificios sospechosos tuvo lugar en la madrugada del lunes y el resultado fueron al menos siete niños de entre 10 y 16 años muertos y "muchos milicianos" abatidos, informó el Ejército.

Belcher acusó a Al Qaeda de utilizar "el estatus protector de la mezquita, igual que a los ciudadanos, para protegerse a sí mismos. "Estamos entristecidos por las vidas inocentes que se han perdido como consecuencia de la cobardía de los milicianos", señaló el militar, al tiempo que acusó a la organización terrorista internacional de no permitir que los niños abandonaran el recinto escolar. "Si hubiésemos sabido que había niños en el interior del edificio, no hubiésemos llevado a cabo el bombardeo de ninguna manera", aseguró por su parte Dean Welch, sargento de primera clase y también portavoz del Ejército estadounidense.

MEJORAR LA COORDINACIÓN

Mientras la misión humanitaria de la ONU enviaba a un equipo hasta el lugar de los hechos junto a varios miembros de la Comisión Independiente de los Derechos Humanos en Afganistán para investigar el incidente, el gobernador de Paktika, Akram Akhpelwak, aseguraba que normalmente la coordinación entre las autoridades locales y las fuerzas de EE.UU. y la OTAN es mucho mejor, pero que en esta ocasión nadie le avisó de antemano del bombardeo que iba a tener lugar en Zarghun Shah. "Nos trasladaremos al lugar de los hechos y hablaremos sobre el incidente con la gente y le pediremos perdón", proclamó Akhpelwak.

En la misma línea aseguró que las tropas afganas, las de EE.UU. y la OTAN están trabajando para "tener una mejor coordinación y para evitar este tipo de malentendidos. Pero hoy hemos tenido un malentendido y la gente estará infeliz", añadió el gobernador. Por otro lado, la Policía afgana informó de la detención del que podría ser el responsable de la bomba que el domingo reventó un autobús con cadetes de las Fuerzas de Seguridad y dejó al menos 35 muertos e hirió otras 52 personas, el peor ataque que se ha registrado en el país asiático desde la invasión de su territorio en 2001 y la consiguiente caída del régimen talibán del poder.

El sospechoso, del que no se ofreció ningún dato, fue arrestado en el lugar de los hechos grabando los efectos del atentado, al parecer, llevaba fotos del líder talibán Mullah Dadullah en su teléfono móvil y mensajes provenientes de otros países, informó el director policial del Departamento de Investigación Criminal de la Policía, Ali Shah Paktiawal. En la zona del atentado se detuvo también a un ciudadano japonés y a uno pakistaní por filmar el área donde la explosión tuvo lugar, ambos habían resultado heridos por la deflagración.

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