- Olmert aborda por primera vez la necesidad de compartir Jerusalen con la Autoridad Nacional Palestina
RAMALLAH/JERUSALEN, 15 Oct. (OTR/PRESS) -
La paz en Oriente Próximo vuelve a parecer una quimera al alcance de la mano. Pese a las fricciones inherentes a un conflicto que lleva devastando la región décadas, las declaraciones de las partes en conflicto apuntan hacia un punto de encuentro, un eslabón que Washington se esfuerza por soldar. "Es el momento de establecer un estado palestino", aseveró hoy la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, tras un encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas 'Abu Mazen', y poco antes de que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, se refiriera, por primera vez, a la posibilidad fehaciente de que hebreos y árabes compartan Jerusalen.
Washington continúa volcando todos sus esfuerzos diplomáticos en Oriente Próximo para que la Conferencia de Paz prevista para el mes que viene salga adelante con relativo éxito y la Administración de George W.Bush pueda apuntarse un tanto positivo en la región antes de las próximas elecciones. La propia Rice reconoció en la rueda de prensa posterior a su encuentro con 'Abu Mazen' que encauzar el conflicto palestino-israelí hacia un posible final es "una de las máximas prioridades" del Gobierno estadounidense.
En este sentido, la secretaria de Estado afirmó que "los Estados Unidos ven el establecimiento de un estado palestino y una solución de dos estados como absolutamente esencial para el futuro, no sólo para los palestinos y los israelíes, sino también para Oriente Próximo y, efectivamente, para los intereses nortamericanos". "Francamente, es el momento de establecer un estado palestino", aseveró Rice, que se ha embarcado en una nueva gira por la región para relanzar la Conferencia de Paz de noviembre.
Este mismo domingo, los planes de Washington tropezaban con una jarra de agua fría por parte de su tradicional aliado, Israel, cuyo primer ministro rechazaba pactar con 'Abu Mazen' una declaración de principios como requisito previo para la Conferencia, tal y como exigían las autoridades palestinas como condición imprescindible para acudir al encuentro en Annapolis, Maryland. De hecho, ante este nuevo escollo, fuentes de Washington apuntaron que la Conferencia podría ser retrasada, y el propio Mahmoud Abbas sugirió hoy aplazarla hasta diciembre.
CONSTRUCCIÓN DE LA CONFIANZA
En todo caso, las conversaciones de hoy con Rice se centraron en la última preocupación de la ANP, la construcción por parte de Israel de una carretera para la que ha expropiado territorios de Cisjordania que los palestinos consideran claves para su tradicional reivindicación sobre Jerusalen, así como la persistencia del Gabinete de Olmert de continuar con la construcción del muro. Un punto sobre el que la secretaria de Estado norteamericana afirmó que "necesitamos evitar cualquier paso que minaría la confianza porque la construcción de la confianza es algo que lleva tiempo".
Sin embargo, la condición de Jerusalen es un asunto sobre el que próximamente girarán las principales discusiones y del que todavía no se puede asegurar nada. Olmert admitía hoy, en unas declaraciones sin precedentes, que Israel podría compartir en un futuro la capital hebrea con Palestina, que siempre ha reclamado para sí el Este de Jerusalen. El primer ministro cuestionaba la "necesidad" de continuar con el control de los barrios árabes en la capital, paradójicamente, durante un acto en memoria de Rehavam Zeevi, un militar y ex ministro israelí, que fue un ferviente opositor del principio 'paz por territorios' que ahora rige el destino de Palestina.
Aunque Olmert ha abandonado las posiciones más radicales respecto a la capital y que esgrimía cuando era alcalde de Jerusalen -de hecho durante el tiempo que gobernó rodeó los barrios árabes de nuevos enclaves hebreos y redujo considerablemente la inversión en los primeros- lo cierto es que no cuenta con el apoyo de la población israelí. Según una encuesta del diario 'Yediot Ahronot', el 63% de los israelíes se opone a cualquier compromiso sobre Jerusalen, requisito imprescindible para cualquier acuerdo de paz con Palestina, y sólo el 21% lo apoyarían.