- Al menos 23 personas mueren por una tensión que ha obligado al Ejército a tomar las calles
ISLAMABAD, 28 Dic. (OTR/PRESS) -
El asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto ha originado una ola de violencia que se extiende por todo Pakistán, hasta tal punto que al menos 23 personas murieron desde el jueves por los disturbios, según fuentes oficiales de Seguridad. La mayor aglomeración de personas se registró en el cortejo fúnebre de la dirigente opositora, ya que cientos de miles de ciudadanos dieron su último adiós a Bhutto en la localidad de la que era ésta natural, Garhi Khuda Bakhs, en el sur del país.
"Tenemos pruebas de que Al Qaeda y los talibán están detrás del ataque suicida contra Benazir Bhutto". Así lo afirmó el ministro de Interior, Hamid Nawaz, un día después de que la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP) falleciese en un atentado tras un mitin, que también provoco otra veintena de muertes, y coincidiendo con la autoimplicación de Al Qaeda en la masacre, según informaciones del rotativo 'Asia Times' recogidas por otr/press. "Acabamos con el más preciado activo americano que defendía derrotar a los muyahidines", apuntó un alto comandante de la organización islamista en Afganistán.
Hoy, el féretro de la carismática líder fue trasladado entre cientos de miles de personas hacia el mausoleo familiar, en la localidad de Garhi Kuda Bakhs, donde también permanece enterrado su padre y ex primer ministro Zulfiqar Ali Bhutto, ejecutado en 1979. La bandera de la formación creada por su progenitor y actualmente liderada por la fallecida cubría el ataud.
Autobuses, tractores o coches formaron una comitiva masiva cercada por hileras de personas que rezaban por la memoria de Bhutto, que deja marido, Asif Ali Zaradari, y tres hijos. Todos ellos se desplazaron hasta Pakistán desde el exilio de Dubai. "Benazir vive", exclamaban muchos de los asistentes, algunos de los cuales, como Nazakat Soomro, lamentaban la muerte de no sólo una dirigente de partido, sino de una "líder de todo el país". "No se que pasará ahora", lamentó. Otros, repetían las consignas acusatorias hacia el presidente, Pervez Musharraf, a quien tachaban de "asesino".
Lo que sí ha quedado más clara es la causa de la muerte de Bhutto. Aunque en un primer momento se culpó a dos balas recibidas del fallecimiento, el doctor Mussadiq Khan, miembro del equipo que trató de reanimarla en el hospital, señaló a la metralla causada por la inmolación del terrorista. "No se halló ninguna bala en su cuerpo", añadió el portavoz del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema.
TENSIÓN GENERALIZADA
Los simpatizantes de Bhutto salieron desde el jueves a las calles de todo el país, algunos para honrar la memoria de la dirigente y otros para clamar venganza, lo que obligó al propio Musharraf a pedir calma. Sea como sea, lo cierto es que se produjeron incendios en vehículos o asaltos a establecimientos comerciales, entre otros sucesos, especialmente recrudecidos hoy. Así, en Multan , unas 7.000 personas saquearon siete bancos y una gasolinera y arrojaron piedras a la Policía, incidentes también registrados en Karachi.
En la capital, Islamabad, unos cien manifestantes quemaron neumáticos en una plaza comercial, mientras en Cachemira, zona controlada por la India, también se registraron enfrentamientos entre las Fuerzas de Seguridad y los simpatizantes del PPP. Asimismo, unos 4.000 manifestantes se congregaron en Peshawar, al oeste del país, y saquearon una oficina del partido gubernamental.
"Tenemos órdenes de disparar", explicó el portavoz de la Policía paramilitar, Asad Ali. Además, el Ejército está alerta en cuatro ciudades de Sindh como medida de precaución, según dijo el portavoz militar, el general Waheed Arshad. Como consecuencia de todos estos incidentes, fuentes oficiales de Seguridad confirmaron la muerte de al menos 23 personas.
Incluso, un colegio de monjas españolas situado en la ciudad paquistaní de Rawalpindi fue apedreado durante los disturbios posteriores al magnicidio. Este sería el único incidente registrado en Pakistán relacionado con la colonia española, compuesta por unas 650 personas.
Desde el exterior, esta tensión se observa con preocupación. El Ministerio británico de Asuntos Exteriores recomendó a los ciudadanos de Reino Unido que cancelen los viajes previstos a no ser los estrictamente necesarios, mientras la encargada de Negocios de la Embajada de España en el país asiático subrayó que "hay una cierta desesperación, cierta desesperanza y fatalismo sobre el futuro" en la población, tal y como declaró a la 'Cadena Ser' y 'RNE'. En este sentido, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó hoy nuevamente su "condena radical" al asesinato de Bhutto y ofreció el "apoyo político y diplomático" de España para que Pakistán pueda "caminar solo en la senda de la democracia".
ELECCIONES, SIN CAMBIO
La población de Pakistán está llamada el 8 de enero a elegir la composición de su Parlamento. El jueves, apenas había muerto Bhutto, el ex primer ministro y líder de la Liga Musulmana, Nawaz Sharif, informó de que su partido boicoteará las elecciones, instando al resto de formaciones a seguir su ejemplo. Sin embargo, el actual jefe del Ejecutivo, Mohammedmian Soomro, anunció que "en este momento las elecciones permanecen como estaban". "Consultaremos a todos los partidos políticos para adoptar cualquier decisión sobre eso", agregó en rueda de prensa, confirmando el mantenimiento de la fecha prevista para los comicios.
La muerte de Bhutto, además, deja al PPP sin sucesor. Su marido figura como uno de los posibles candidatos, aunque carece del prestigio del apellido con el que sí contaba la ex primera ministra, que venía precedida del aval de su padre. Bhutto, jefa del Ejecutivo desde 1988 a 1996, se convirtió en la primera mujer elegida democráticamente para liderar el Gobierno de un país islámico. Sin embargo, permaneció ocho años en el exilio acusada de cargos de corrupción, hasta que un indulto personal de Musharraf le permitió regresar a su país natal el 18 de octubre de este año, entre amenazas del islamismo radical que trató de matarla apenas había llegado a Pakistán. Este incidente, del que la dirigente opositora salió ilesa, causó la muerte de más de 140 personas.