Actualizado 16/12/2007 01:00

Curri Valenzuela.- Amenazados

MADRID 16 Dic. (OTR/PRESS) -

ETA y Al Qaeda han amenazado a España el mismo día, ayer, lo cual no es nuevo. ETA lo ha hecho en un comunicado publicado en su periódico, 'Gara', en el que afirma que atacará a "todas las fuerzas o aparatos represivos del Estado español sea donde sea"; Al Qaeda, en otra declaración, de su número dos, Ayman al Zawahri, con la que recuerda otra vez que no renuncia a Ceuta, Melilla y Al Andalus, o sea, a España entera. Así que casi cuatro años después de que este país se viera en la encrucijada de culpar a los terroristas islámicos o vascos de la terrible masacre del 11-M, nos encontramos en las mismas: cualquier bombazo que suframos en próximas fechas será obra de los unos o de los otros, cincuenta por ciento de posibilidades de sospechar de entrada de ETA o de Al Qaeda.

También estamos como hace casi cuatro años, en la necesidad asumida por el conjunto del país de hacer frente a esos locos terroristas del este, del norte o del sur con todas la fuerzas que nos permite la Democracia, desde la policía a los jueces. Hoy, al comienzo de una dura batalla electoral, los dos grandes partidos hablan cada día de derrotar el terrorismo llamando, como se hizo hasta el 11-M, a las cosas por su nombre: a los terroristas se les califica de terroristas. Por derrota se entiende conseguir que los violentos se pudran en la cárcel. Nadie se ríe ya de los responsables policiales que dicen haber encontrado a unos radicales islamistas en disposición de fabricar bombas (aquello que los socialistas llamaron 'el comando Dixan' cuando gobernaba el PP).

Pero las nuevas amenazas de ayer, serias las dos, deberían hacernos reconsiderar si hemos perdido o no estos últimos cuatro años al tratar de tender la mano a unos y otros terroristas con la tesis, que ahora se demuestra tan errónea, del apaciguamiento. Porque de nada ha valido querer negociar ventajas políticas con ETA, aún después de que ETA hubiera vuelto a matar. Y menos todavía ha resultado util adoptar medidas como retirar precipitadamente las tropas españolas de Irak o levantar la bandera de la ya enterrada Alianza de las Civilizaciones. Al Qaeda no ha excluido a España de los objetivos de su guerra santa y estamos tan en su punto de mira como cuando Aznar apoyaba a Bush. ETA se ha reído de todas las manos tendidas de Zapatero y, como acabamos de comprobar, asesina a dos guardias civiles en cuanto encuentra la oportunidad, Estamos donde estábamos. Amenazados por terroristas frente a los que no valen acercamientos ni buenas palabras.

Curri Valenzuela

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Un día en La Moncloa

Foto del autor

Fermín Bocos

Situación política agonizante

Foto del autor

Julia Navarro

A Pedro Sánchez no le quieren bien los suyos

Foto del autor

Carmen Tomás

Un abono transporte como bálsamo