MADRID 25 Mar. (OTR/PRESS) -
Se quejaba hace unos días en las Cortes Zapatero de que Rajoy sólo le pregunta por ETA en las sesiones de control parlamentario y le invitaba a que le interrogara sobre otras cuestiones, muchas según él, que ocupan la acción cotidiana de su Gobierno. Pues bien, tiene suerte el presidente de que la oposición no le escudriña en estos asuntos. Habría que ver qué contesta si se le interroga acerca de la Ley del Cine, aparcada en el último Consejo de Ministros, indefinidamente, como antes se hizo con la Ley del Alcohol. Dos casos que demuestran lo que es un secreto a voces para quienes hablan con miembros del Ejecutivo: que cada departamento funciona a su aire, la vicepresidenta no da abasto para coordinar el desbarajuste y Zapatero sólo se ocupa de su plan de paz, apenas si despacha con sus ministros y permanece ajeno a los problemas que preocupan de forma inmediata a los españoles de a pie.
La Vicepresidenta se ocupará en las próximas semanas de lograr un consenso sobre la Ley del Cine, que el Gobierno tenía previsto aprobar el pasado viernes y que se dejó aparcado al constatarse que el anuncio efectuado por la titular de Cultura, Carmen Calvo, de que había conseguido poner de acuerdo a productores y televisiones privadas era una falsedad. Las televisiones siguen sin querer invertir el cinco por ciento de sus ingresos en cine español ni a coproducir películas con productores 'independientes' que todo el mundo sabe que son los amigos del Ejecutivo. Porque en el trasfondo del asunto aparece la cuestión de si el Gobierno prefiere premiar a los cineastas que convocan manifestaciones contra la guerra de Irak y el PP o a las televisiones que tienen que sacarles a ellos todos los días en pantalla sobre todo ahora que se aproxima una campaña electoral. A Carmen Calvo le gustan más los primeros; al Gobierno en general, los segundos, sobre todo en el momento actual.
El fracaso de la Ley del Cine se produce a las pocas semanas de que ocurriera algo muy similar con otra Ley elaborada por otra de las ministras que se disputan con Carmen Calvo el primer puesto en el ranking de la incompetencia en el Gobierno Zapatero. La Ley del Alcohol, que la titular de Sanidad, Elena Salgado, quería aprobar a pesar de la oposición frontal de los productores del vino, fue también aparcada, al menos hasta que pasen las elecciones municipales y autonómicas, por orden directa de Zapatero, que obligó a la ministra a convocar una rueda de prensa para anunciar su supresión. De nuevo será la vicepresidenta quien tratará de coordinar a los distintos interesados cuando hayan votado los riojanos o castellanos. La pregunta que queda en el aire, sin embargo, es la de por qué el presidente del Gobierno sólo interviene en lo que hacen sus ministros cuando un tema se convierte en una gran polémica. ¿Tantas horas al día pasa Zapatero ocupado en su plan de paz? O ¿es que no le importa ninguna otra cosa?
Curri Valenzuela