Actualizado 13/04/2007 02:00

Curri Valenzuela.- Era por Al Andalus

MADRID 13 Abr. (OTR/PRESS) -

Ni Zouhier, ni Zougam, ni los explosivos de la mina Conchita, ni los informes de los TEDAX. La principal conclusión que está por sacar de los terribles atentados del 11-M no es lo que se dilucida en el juicio de la Audiencia Nacional, sino el hecho de que los españoles votamos tres días más tarde bajo la creencia bastante generalizada de que si Aznar no hubiera apoyado a Bush en la guerra de Irak, 190 ciudadanos de este país habrían seguido con vida y el país entero sin un susto. Y ahora resulta que, como ya hiciera Al Qaeda al reivindicar aquella masacre, y acaba de reiterar tras los atentados de Argel, lo que quieren los terroristas islámicos es recuperar la tierra de Al Andalus, desde Algeciras a Pamplona. Y por eso nos colocaron una docena de potentes bombas en varios trenes de cercanías.

A lo mejor, o a lo peor, lleva razón el presidente del CIS, Fernando Vallespín, quien consiguió que a buena parte de la clase política que desayunaba con él en un encuentro informativo esta semana se le atragantara el café cuando predijo que Zapatero volverá a ganar las próximas elecciones generales a menos que antes se produzca un gran atentado. Mariano Rajoy lo dijo el mismo día de forma más delicada, al mantener de nuevo su conocida tesis de que el presidente del Gobierno está a merced de acontecimientos ajenos a su control: lo que decida el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán o el atentado que puedan llevar a cabo unos terroristas.

Rajoy, que sin duda aprendió entre el 11 y el 14-M lo que supone estar a merced de factores incontrolados, sigue también inmerso en esas circunstancias, porque éste no es un problema que únicamente afecta a Zapatero. Por más que éste se haya empeñado en vivir del rédito electoral de haber retirado las tropas de Irak, pregonar inútilmente por el mundo su Alianza de Civilizaciones o tratar de pactar con ETA a costa de aparecer condescendiente en exceso con la banda, tanto quienes gobiernan como los que desempeñan la oposición se verían afectados por un ataque terrorista, de los etarras o de los islamistas. Todos estaríamos inmersos en el problema. Ojalá no llegue esa hora en la que al fin nos tengamos que plantear si somos un país que vota con sentimientos de miedo y revancha política tan a flor de piel como aquel 14-M.

Curri Valenzuela

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