MADRID 19 Abr. (OTR/PRESS) -
El Consejo de Ministros dio ayer (por hoy) vía libre al trasvase del Ebro para abastecer el área metropolitana de Barcelona. Me parece bien. El agua es todos y nadie debería pasar sed mientras el vecino de al lado la tiene a raudales. El problema no es que se trasvase agua a Barcelona sino que ese mismo criterio no se mantenga para otras regiones secas como Valencia, Murcia y Andalucía. El consejero de la Generalitat argumentó en su día la distinta vara de medir afirmando nada menos que los barceloneses querían en agua para beber mientras los levantinos la desperdiciaban en lujosos campos de Golf. Nada mas injusto ni mas incierto.
Es normal y, hasta cierto punto comprensible, que en un tema tan sensible cada uno intente arrimar el ascua a su sardina pero lo que no es normal es que el árbitro, que en este caso debería de ser el Gobierno, sea trasvasista o antitrasvasista según le convenga a su situación política.
Me imagino que Zapatero debe de tragarse un sapo cada mañana cuando escucha el tono de su colega Montilla, que no solo se vanagloria de haberse llevado el "gato al agua" sino que además deja bien claro que la obras de infraestructuras necesarias la pagará el estado como contrapartida a las inversiones a Cataluña acordadas con la Generalitat sin un destino especifico. "¿Qué no quieres caldos? ... pues vas y te tomas dos tazas y si es preciso la jarra entera porque me debes la vida o lo que es lo mismo gracias a los votos de esta tierra sigues siendo el inquilino de la Moncloa" debe pensar en su fuero interno el president de la Generalitat. Algo muy distinto debe pensar el también socialista Barreda que ve como su tierra, la mas solidaria de España que lleva años trasvasando agua sin que sus compañeros de filas deseen poner fin al desagravio.
Lo que se va a hacer en Barcelona es lo mismo que propuso en su día el PP en el PHN y que fue derogado por el gobierno de Zapatero nada mas llegar, no se si por convicción o simplemente como un gesto de progresismo barato porque no hay nada mas acorde con la ideología socialista que la solidaridad y es de eso, de solidaridad de lo que se trata. Se quiere o no la política del Agua debe ser consenuada y el PHN podría tener muchos defectos ,sin duda ,pero fue consensuado por un 80 por ciento de las comunidades autónomas y eso es mucho. ¿ No debería ser este un punto de partida para hacer frente a una sequía y un cambio climático de inevitables y terribles consecuencias?
Tal vez la solución no esta ni en trasvasar a diestro y siniestro ni en colocar desaladoras a gogó, cuyas consecuencias de degradación del medio ambiente y consumo energético está sobradamente demostradas. La guerra del agua no es nueva ni es un invento de socialistas y populares, sino una maldición histórica que nos ha enfrentado de generación en generación pero no por ello no tiene soluciones. El problema es que los políticos pretenden disfrazar de ideología lo que no es mas que una incapacidad cierta para dar solución a los problemas reales de los ciudadanos. El agua es de todos y esa broma de blindar los rios a conveniencia y ponerlos la bandera nacionalista o el anagrama de un partido político es simplemente patético e impropio del siglo en que vivimos. El problema es que los políticos se creen sus dueños como de casi todo. ¡País!¡Qué país!