Actualizado 01/11/2008 01:00

Esther Esteban.- Más que palabras.- La reina y la mordaza

MADRID 1 Nov. (OTR/PRESS) -

Vaya por delante que soy una firme defensora de la libertad de opinión y de expresión y que no excluyo a nadie, absolutamente a nadie, de que la ejerza libremente. No creo pues que la monarquía -más allá del papel Constitucional que específicamente tiene asignado el Rey- deba ser una institución silente o ausente. Es cierto que en España, por nuestras peculiares características históricas, se le ha rodeado siempre de un extravagante secretismo y de un proteccionismo excesivo, impropio de una sociedad del siglo XXI.

Por eso me parece perfectamente bien que la reina Doña Sofía, hasta ahora un personaje amable, querido por casi todos, pero perfectamente desconocido haya aprovechado su 70 cumpleaños para sincerarse con la periodista Pilar Urbano, en un libro escrito a modo de entrevista que ha levantado una auténtica polvareda. Le he dicho personalmente a la autora que la envidio sanamente, que me hubiera gustado estar en su piel y tener la oportunidad de hacer una entrevista que ,en si misma, es un documento periodístico y, casi histórico, de primera magnitud. ¿Qué colega no desearía hacer con tal maestría semejante entrevistón? Pero mas allá del scoup me interesa y mucho el personaje. ¿Por qué la primera ciudadana -como ya la han definido algunos- no tiene derecho a decir lo que opina de la eutanasia, el aborto, el divorcio, la sucesión de la corona o nuestras relaciones con Marruecos ? Más allá de que compartamos o no sus opiniones, prefiero, con mucho, saber como piensa sobre cuestiones políticas, éticas o morales que "marujear" sobre su último modelito, si es o no vegetariana o una buena deportista.

Me gusta que, después de tantos años de verla primero como la esposa del heredero y luego como la reina consorte o la madre del Príncipe siempre discreta y en segundo plano, imperturbable como una gran profesional -en definición de su esposo-, ahora la podamos descubrir también como una mujer culta y preparada con criterio propio y una opinión muy bien conformada sobre todo y de todos. No creo ni mucho menos que la Reina haya dado este paso sin sopesar su repercusión ni tampoco que no calculara el alcance del asunto cuando la pasaron el texto para supervisarlo. Es más, quiero pensar que ha querido aprovechar el evento para dar un giro de tuerca en nuestra percepción pacata de la institución que representa y para reivindicar, en la medida de lo posible, su condición de mujer de su tiempo. No es baladí, por ejemplo que diga que el Rey no piensa abdicar y que su hijo no tiene prisa, ni tampoco que opine sobre la reforma constitucional necesaria para abordar la sucesión. De esta forma no solo abre un pequeño resquicio de apertura que supone un ligerísimo avance, sino que prepara el camino primero a la princesa Leticia, futura reina consorte y después a la infanta Leonor destinada a ser reina de España.

No hay que olvidar que nuestra Constitución no otorga a Doña Sofía ninguna función concreta en la jefatura del Estado aunque, como se ha recordado estos días, sea una persona clave en la institución monárquica. Para algunos esto la obliga a mantener la neutralidad. Otros la prefieren amordazada, bien porque no comparten sus percepciones -¿Qué hubiera pasado de haberse mostrado partidaria del aborto o el matrimonio gay?-, bien porque defienden un concepto decimonónico de la Monarquía y como el fundamento de esa institución huele a rancio que apesta prefieren no ahondar en el asunto. Yo me quedo con una imagen de una mujer de nuestro siglo. Me gusta ver que detrás de una reina hay una mujer culta, valiente y preparada con criterio propio que ha dado un paso de gigante y, en mi opinión, lo ha hecho a su manera -por mucho que con ese pseudo desmentido cicatero y ramplón la Casa Real haya intentado matar al mensajero, que siempre es lo mas fácil y suele salir gratis-.

Si la Monarquía es tan frágil y vulnerable que no resiste este pequeño signo de normalidad democrática, apaga y vámonos. En ese caso los monárquicos no tienen nada que hacer y se habrá abierto la veda.

Esther Esteban.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Antonio Casado

¿Cuándo se jodió el PSOE?

Foto del autor

Rafael Torres

Antes que la salud, el dinero

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Todos a cubierto: empieza la Gran Carrera Electoral

Foto del autor

Fermín Bocos

Controlar el relato