Fermín Bocos.- Agenda oculta

MADRID 25 Sep. (OTR/PRESS) -

¡Al suelo¡ ¡Que vienen los nuestros¡, debió pensar Patxi López al ver en la televisión a Iñigo Urkullu paladeando las palabras con las que anunciaba el acuerdo al que había llegado con Zapatero para apoyar los Presupuestos. Un traspaso de cerca de quinientos millones de euros, negociado, no con él, con Patxi López, compañero de partido y "lehendakari", sino con su principal enemigo político, el jefe del PNV, que es la oposición en el País Vasco. Es conocido el desayuno batracio que apareja la actividad política, pero, la verdad, visto el tamaño del sapo, uno se pone en lo peor pensando en el futuro gastrointestinal del señor López. Quien, por cierto, haciendo de tripas corazón y, nunca mejor dicho, ha toreado el lance con elegancia.

A la fuerza ahorcan. Pero es que en ésta ocasión el nudo es muy gordo y pone en riesgo la propia continuidad de López en "Ajuría Enea". Sí diéramos crédito al dirigente "peneuvista" Joseba Eguibar, el pacto alcanzado entre Zapatero y Urkullu, también contiene extremos relacionados con la "pacificación de Euskadi". "Negociaciones relacionadas con la ETA", sería la traducción cabal de éste eufemismo propio de la jerga anfibológica del lugar.

Sí así fuera, sería un asunto muy grave. Grave, porque de confirmarse se habría iniciado la cuenta atrás de la fecha en la que el PP del País Vasco (Basagoiti) se vería obligado a retirar el apoyo parlamentario que permite a Patxi López ser "lehendakari". Zapatero tiene la obligación de aclarar éste punto. En todos sus extremos y sin demora. De otra manera, la llamativa libertad de movimientos del excarcelado dirigente "abertzale" Díaz Usabiaga cobraría todo el significado que le están dando quienes sostienen que, diga lo que diga Rubalcaba, el Gobierno maneja una agenda oculta en relación con todo éste asunto de la "pacificación de Euskadi".