Actualizado 30/11/2012 13:00

Fermín Bocos.- Fallida amnistía fiscal.

MADRID, 30 Nov. (OTR/PRESS) -

A punto de vencer el plazo de la polémica amnistía decretada por el Gobierno para aflorar activos hurtados a la Hacienda Pública, trasciende que no se ha cumplido el objetivo aducido para justificar una medida discriminatoria que claramente beneficia a quienes no cumplían con el común deber de pagar los correspondientes impuestos. Se esperaba recaudar 2.500 millones de euros, pero resulta que no llegan a 150. Se mire como se mire, un fracaso. Fracaso de una medida excepcional que otorgaba una ventaja insoportable a los defraudadores que solo han pagado un recargo del 10 por ciento sobre los defraudado cuando es sabido que la norma general establece multas muy por encima de ese porcentaje para todo aquel contribuyente que oculte ingresos pensando que no va a ser descubierto. Es más: distraer al Fisco más de 120.000 euros, es delito. Delito que, amén de multa, apareja penas de prisión. Esto es lo que establece una ley que, en teoría, obliga por igual a todos los españoles. En la práctica, sabemos que no es así.

Sabemos que hay españoles a quienes se les tolera lo que a otros se les reprime. Banqueros a los que se les descubren cuentas cifradas en Suiza con mil millones de euros (y se van de rositas tras pagar una multa), empresas que tributan (a la baja) recurriendo a mil formas de ingeniería contable; profesionales que fingen ser cabeza de empresas con un único trabajador para así pagar menos de lo que les correspondería; desaprensivos que hurtan el pago del IVA, etc, etc. El caso es que a efectos de la exigible igualdad de todos los españoles ante el Fisco, la experiencia (triste, desmotivadora) nos dice que en este registro algunos siguen siendo más iguales que otros. A algunos se les permite lo que a otros se les reprime y de eso se quejan (con razón) los inspectores de Hacienda. Hay cosas en las que España nunca cambian.