Actualizado 11/06/2009 14:00

Fermín Bocos.- Mal perdedor.

MADRID, 11 Jun. (OTR/PRESS) -

La "espantá" que dio Zapatero la noche del domingo en Ferraz, la sede madrileña del PSOE, dejando solos a Leire Pajín y a Juan Fernando López Aguilar, nos había puesto en la pista de su escasa disposición para asumir la derrota, pero nos faltaba conocer el calado del despecho. Ahora lo sabemos. La escena del Senado y su réplica a García Escudero: "Usted sigue ahí, sentado", pasará a la antología de rabietas parlamentarias.

Zapatero es mal perdedor. Está claro que no soporta tener a nadie ni al lado ni arriba. Podría haber optado como hizo Pepe Blanco por la ironía -"La próxima campaña la haré yo"-, pero le salió el otro talante, el del adolescente contrariado, la voz agria del mimado a lo largo de toda su vida por la diosa Fortuna, que no acierta a disimular su disgusto ante la primera adversidad.

Y, sin embargo, lo tenía fácil. Lo ha demostrado el propio López Aguilar reconociendo la derrota y felicitando a Mayor Oreja, su rival y vencedor en las elecciones del domingo. Los libros de Historia nos dicen que los grandes estadistas, incluso los simples buenos gobernantes, se forjan en la adversidad y templan su ánimo superando las vanidades de la victoria. ¿Se imaginan a Zapatero en el lugar de Winston Churchill en vísperas de la Batalla de Inglaterra? Servidor, tampoco.