MADRID 29 Sep. (OTR/PRESS) -
((Esta firma sindicada sustituye y anula la anterior))
El río del otoño político baja muy revuelto. Hay mucho juego subterráneo y cada día que pasa cobra más estatura la idea de que al timonel de La Moncloa le falta brazo para enmendar la derrota. Dos noticias del día abonan la impresión de que aprovechándose de las precariedades políticas del presidente del Gobierno, dos minorías contrarias a la unidad y permanencia de España como la conocemos. PNV y ERC tratan de poner en jaque al Estado.
Está el"lehendakari" Juan José Ibarretxe anunciando la apertura de un "nuevo ciclo histórico" cuya almendra política sería la consulta sobre "el derecho de los vascos a decidir": léase referéndum ilegal sobre la cuestión de la independencia de las tres provincias que forman el País Vasco.
Y tenemos en el Senado, en este caso a iniciativa de Esquerra Republicana de Catalunya -que opera en coalición con el Partido Socialista dentro de la llamada "Entesa"- una proposición para despojar al Rey de su condición de Jefe de las Fuerzas Armadas, institución a la que la Carta Magna, en su Artículo 8, señala como garante de la soberanía, independencia e integridad territorial de España. Visto el eco del petardo político lanzado por sus socios de ERC (socios en el Senado y en la "Generalitat" de Cataluña), los dirigentes socialistas se han apresurado a desmarcarse de la envenenada iniciativa de sus compañeros de viaje haciendo como que, ya se sabe, son cosas de la "Esquerra". Hacen como que se desmarcan pero no han dicho lo único que ungiría de credibilidad a sus palabras: no han dicho que tienen intención de romper con ERC.
El desasosiego que provocan este tipo de iniciativas no es una cuestión menor. Tengo para mí que el "tancredismo" del señor Rodríguez Zapatero traerá consecuencias. Por eso llama mucho la atención el silencio político de los señores González, Bono, Guerra, Chávez, Vázquez, Rodríguez Ibarra, Leguina y demás dirigentes del PSOE que podríamos considerar "clásico".
Fermín Bocos.