MADRID 26 Oct. (OTR/PRESS) - Tenemos un problema; tenemos un problema con los jueces ,los fiscales y la administración de Justicia. Hay jueces y jueces, claro está, pero, como ciudadano de a pie, sí tuviera que juzgar la actuación de los magistrados que estaban -o deberían haber estado de guardia- en el Juzgado de Guardia de la localidad barcelonesa de Sant Boi, el pasado día 7 de octubre cuando pasó por los juzgados Sergi Xavier Martín, el energúmeno que pateó la cara a una joven ecuatoriana, sí tuviera que juzgarlos,digo, tendría que condenar su actuación.
Indigna comprobar que el energúmeno que insultó, vejó, violentó y pateó a una muchacha indefensa, salió libre del juzgado ¡porque el fiscal no estaba presente en el momento de la vista¡ y, en consecuencia, nadie solicitó prisión para él. ¡Es desolador!. El juez podría haber tomado la decisión que ahora a tantos les parece la única capaz, sino de reparar el daño, por lo menos, de no ampliarlo. Pero tampoco lo hizo. Ha tenido que salir a los medios el ministro de Justicia diciendo lo que España entera piensa e instando a la Fiscalía a que vuelva sobre sus pasos para que nos hayamos enterado de que lo que hace tres semanas no se podìa hacer (retirar de la circulación al energúmeno racísta), ahora si se puede y se va a hacer.
Ha sido la presión de los medios y de la opinión pública soliviantada a la vista de lo visto por la televisión ¿Qué habría pasado si los vagones del tren no tuvieran instaladas cámaras de televisión? Mucho me temo que ni nos habríamos enterado del asunto porque la pobre muchacha, la víctima de todo este miserable asunto, aterrorizada por lo ocurrido, ni se habría atrevido a denunciar a su agresor. Ya digo, tenemos un problema con la Justicia. Y gordo.
Fermín Bocos.