MADRID 13 Abr. (OTR/PRESS) -
Asisto a una tertulia en una televisión autonómica. Cierto que la mayoría de mis contertulios pasarían por conservadores, pero, entre los ocho periodistas que componen el programa, los hay de todos los pelajes. Al final, constatamos que estamos todos de acuerdo en al menos una cosa: ninguno de los ocho -y los hay que podrían ser considerados progubernamentales sin resquicios- ha sido capaz de defender las posiciones del Gobierno de Zapatero en dos cuestiones fundamentales (que son las que acaparan los sesenta minutos de este espacio televisivo): el proceso de paz con ETA y las opas sobre Endesa.
Sobre el primer punto, todos dicen -decimos- algo similar: ¿dónde está el Gobierno? ¿Por qué no explica a alguien lo que está pasando, cuáles son sus planes de futuro? ¿No existen portavoces que nos indiquen si se va a seguir negociando, o intentándolo, si se van a endurecer las cosas en una vía policial, si se intentará reverdecer el pacto antiterrorista?
Acerca del segundo punto, las frases y los calificativos son más contundentes: al Gobierno se le ha ido la mano intervencionista en un culebrón, el de las opas, que parece que aún no ha concluído. Y no faltan hasta las risas entre los contertulios a la hora de hablar del 'papelón' de Montilla, del de Joan Clos, del de Mayte Costa y hasta del propio Manuel Conthe, para no hablar ya de la desairada y efímera negativa del grupo socialista a permitir que el aún presidente de la CNMV declare en el Congreso para explicar por qué quiere abandonar la Comisión.
¿Qué le ocurre al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que no tiene quien le pueda defender en cuestiones tan esenciales (las más esenciales de entre las que ahora están planteadas)? ¿Dónde andan estos días el Ejecutivo en su conjunto, los ministros, los portavoces, que están como algo perdidos, como desaparecidos?
Quienes aún damos un voto de confianza al actual Gobierno, legítimamente salido de las urnas, quienes creemos que es a este equipo liderado por Zapatero al que le corresponde dirigir la política antiterrorista, nos cuesta admitir que resulta imposible defenderlo en esas tertulias, a veces excesivamente amargas, a las que nos llevan a los periodistas para que nos peleemos y ganemos así un punto de 'share'. Pero así es: empieza a ser bastante complicado dar la razón a lo que el Ejecutivo hace en algunos terrenos. Entre otras cosas, porque no sabemos lo que hace. Es urgente una ofensiva de acción y explicaciones. Por cierto: ¿ha vuelto ya Zapatero de Doñana?
Fernando Jáuregui.